Manual de Demografía

Material de consulta para estudiantes vinculados a la Demografía y los Estudios de Población

CAPÍTULO 6

Fuentes de información demográfica¹
Martín Koolhaas, Mariana Fernández Soto y Victoria Prieto Rosas

Este capítulo tiene por objetivo identificar y describir las características de las principales fuentes de información de las que se vale la Demografía para estudiar el comportamiento demográfico de las poblaciones humanas. 

Las fuentes de información tradicionalmente utilizadas en los estudios demográficos pueden clasificarse en tres tipos: 1) censos de población, hogares y vivienda; 2) encuestas (multipropósito o específicas); y 3) registros administrativos (estadísticas vitales, padrones de población, controles migratorios, permisos de residencia, etc.). Las dos primeras refieren a operaciones estadísticas basadas en las respuestas de los individuos ante el intercambio con un/a censista (también denominado empadronador/a) o encuestador/a, y que generalmente se encuentran a cargo de oficinas nacionales de estadística (en Uruguay, el Instituto Nacional de Estadística [INE]). Además, estas dos fuentes se caracterizan por ser mediciones estáticas en un momento del tiempo. Por su parte, los registros administrativos corresponden a registros continuos de los hechos (nacimientos, defunciones, matrimonios y divorcios, entre otros) y, como su nombre lo indica, por lo general tienen su origen en fines administrativos en el ejercicio de las competencias de diversas instituciones estatales (en Uruguay, por ejemplo, los ministerios de Salud Pública [MSP], de Desarrollo Social [MIDES], del Interior [MI], de Relaciones Exteriores [MRREE], etc.). El uso efectivo o potencial de los registros con fines estadísticos surge con posterioridad a su creación, lo que requiere con frecuencia la coordinación y articulación interinstitucional, para lo cual los institutos nacionales de estadística deben jugar un rol preponderante en tanto entes rectores de los sistemas estadísticos nacionales.

A excepción de algunos tipos de encuesta, sobre todo las que persiguen investigar una temática específica (y que se generan, por ejemplo, a iniciativa académica o privada), las fuentes de información demográfica tradicionales revisten carácter oficial, es decir que su diseño, producción, almacenamiento y divulgación corresponden al Estado.

Ahora bien, con el rápido avance de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y el desarrollo de internet, en la actualidad está en pleno auge una cuarta fuente de información, derivada del uso de redes sociales web, también denominada big data por su nombre en inglés. Este término se utiliza para nombrar la información anonimizada generada por los usuarios de dispositivos móviles, plataformas basadas en internet o por imágenes satelitales. Estos rastros digitales presentan una enorme oportunidad para complementar las fuentes tradicionales, especialmente cuando se tratan algunos comportamientos demográficos como la migración interna o internacional para los que la información censal, de encuestas o de registros administrativos es esporádica o insuficiente. Sin embargo, este tipo de datos —no diseñados originalmente con un propósito estadístico— aún está siendo sometido a un proceso de evaluación de calidad que permita comprender en qué medida esta es una fuente útil para la investigación demográfica.

La Figura 1 resume el tipo de información y entidad demográfica asociada a cada fuente de información, así como su relación con el tiempo y procedimiento de recolección.

Figura 1. Tipo de información y entidad demográfica, relación con el tiempo y fuentes de información

Fuente: elaboración propia.

En las siguientes páginas se presentan al detalle las características de las distintas fuentes de información demográfica, empezando por los censos, siguiendo por las encuestas y los registros y culminando por big data.

Los censos de población, hogares y vivienda

Los censos de población, según la definición más común, se identifican como 

… el conjunto de las operaciones consistentes en recoger, recopilar, evaluar, analizar y publicar o divulgar de alguna otra forma datos demográficos, económicos y sociales relativos a todos los habitantes de un país, o de una parte bien delimitada de un país, en un momento determinado (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2010, p. 27).

Como se desprende de la definición anterior, una de sus características esenciales, la universalidad, implica que —a diferencia de las encuestas— los censos deben incluir a todos los miembros de la población, sin omisiones ni duplicaciones. A su vez, para favorecer la comparabilidad internacional se recomienda su realización cada diez años y en años terminados en cero (ONU, 2017). Por lo tanto, resulta evidente que la periodicidad decenal (en el mejor de los casos, de cumplirse las recomendaciones internacionales) es una desventaja de los censos, ya que no pueden satisfacer la necesidad de disponer de información continua y porque pueden quedar desactualizados rápidamente, por ejemplo, si las tendencias migratorias modifican significativamente el panorama demográfico de un país.

Utilidad de la información que recogen los censos

Los censos son la principal fuente utilizada para determinar el volumen de una población determinada en un momento preciso en el tiempo, así como los cambios en la magnitud y composición de esa población. A diferencia de las encuestas, por su carácter universal tienen la peculiaridad de brindar información demográfica y socioeconómica de poblaciones y hogares para unidades territoriales y grupos poblacionales pequeños. 

Los censos de población son particularmente importantes para el estudio de la migración, tanto interna como internacional, dado el escaso desarrollo de registros confiables y de buena calidad en materia migratoria en Uruguay y en la región. En efecto, los censos brindan la base empírica para cuantificar y caracterizar demográfica y socioeconómicamente a la población que migra fuera de sus fronteras nacionales. La medición de la emigración internacional presenta el particular desafío de que pretende contar y caracterizar a personas ausentes a las que no es posible relevar de forma directa mediante censos y encuestas en los países de origen. 

Las dificultades que presenta la medición de la emigración internacional hacen necesario maximizar los esfuerzos de cooperación e intercambio de información censal entre países, en aras de sistematizar la gran cantidad de información dispersa en los países receptores de migrantes. Es por ello que existen algunos proyectos internacionales de sistematización de información censal sobre migración internacional que, a través del intercambio de datos entre países, permiten identificar a los migrantes y su condición respecto al país de origen o de destino (emigrante o inmigrante). Entre ellos, cabe destacar en la región el proyecto IMILA del Centro Latinoamericano de Demografía (Celade, División de Población de la Comisión Económica para América Latina [CEPAL]). En lo internacional, cabe destacar el proyecto DIOC de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y, sobre todo, el IPUMS International. Este último es un ambicioso proyecto de sistematización, armonización y difusión de bases de datos censales que facilita la investigación comparativa no solo en materia de migración, sino de todos los temas cubiertos por los censos de población. En el capítulo 7 se detallan las características de estas fuentes, así como oportunidades y limitaciones de las mismas para el estudio de la migración internacional e interna.

En materia de los cambios de residencia habitual que ocurren entre diferentes divisiones administrativas de un mismo país —la migración interna—, los censos son las principales fuentes que permiten obtener estimaciones de tasas de migración interna para cada división administrativa. Para ello, además de conocer el lugar de residencia de las personas (esencial en cualquier tipo de censo), es suficiente con incorporar una pregunta sobre el lugar de residencia en una fecha fija anterior (en general, cinco años antes del relevamiento), pregunta que ha sido incluida en los censos uruguayos desde 1975. El detalle de la información sobre migración internacional recogida en los respectivos censos uruguayos se presenta en el Recuadro 1.

Recuadro 1.
Información sobre migración recogida en los censos uruguayos desde 1908

La información recogida en los censos de población que han tenido lugar a lo largo de la historia uruguaya en términos generales ha seguido los estándares internacionales establecidos en las recomendaciones divulgadas por la ONU (2017). En particular, la ausencia de información similar en otras fuentes del sistema estadístico nacional uruguayo ha hecho que los censos sean especialmente importantes para conocer las tendencias migratorias (internas e internacionales). La característica de universalidad y exhaustividad de los censos poblacionales, en ausencia de registros continuos confiables y de buena calidad (realidad más frecuente en los países latinoamericanos y en Uruguay en particular), hace que la herramienta de los censos suela ser la única disponible para hacer un recuento y una caracterización del total de población migrante en un territorio y momento dados. 

Ahora bien, la información que recogen los censos suele quedar desactualizada rápidamente por su periodicidad. A modo de ejemplo, los cambios en las tendencias migratorias verificados en la última década a nivel global, regional y nacional hacen que ciertos colectivos inmigrantes (sobre todo los provenientes de Cuba, Venezuela y República Dominicana) no hayan sido visibilizados en la información que resultara del censo de 2011.² Asimismo, los censos tampoco proveen información sobre flujos poblacionales, en la medida en que la población migrante captada en ellos constituye el stock de migrantes sobrevivientes de un período dado y, por ende, las cifras resultantes de los censos están afectadas por la reemigración y la mortalidad de los migrantes. Por si fuera poco, los censos tienden también a subestimar el número de población extranjera, aunque este es un inconveniente significativo sobre todo en contextos de políticas migratorias restrictivas, que, por fortuna, no es el caso de Uruguay.

En suma, en la actualidad, nueve años después de su realización, el censo de 2011 es la única fuente que permite conocer atributos de cada colectivo migrante, independientemente de su tamaño, y georreferenciar la información a cualquier nivel de desagregación territorial. El último operativo censal destaca a su vez por haber sido el más completo de la historia en el relevamiento de información migratoria, si bien cabe señalar que desde 1975 se ha cumplido con la recomendación internacional de formular la pregunta sobre el lugar de residencia en una fecha fija anterior y que ya desde antes se había relevado la condición de migrante absoluto y el país de nacimiento.

Cuadro 1. Información de migración internacional recogida en los censos nacionales de población. Uruguay, 1908-2011

Fuente: extraído de Fernández Soto, Koolhaas, Nathan, Paredes y Pollero (en prensa)

La disponibilidad de estimaciones directas de la fecundidad y mortalidad a partir de los registros de nacimientos y de defunciones hace que los censos tengan una función complementaria a los registros para las estimaciones de estos componentes del cambio demográfico, ya que ofrecen estimaciones indirectas de la fecundidad y mortalidad. Esto sucede en países en los que los registros de nacimientos y defunciones son de calidad y de alto nivel de cobertura. Para aquellos que tienen un sistema de registro de hechos vitales deficiente, la información recogida en los censos tiene una mayor importancia porque permite medir —a través de técnicas de estimación indirecta— la fecundidad y la mortalidad.

El Recuadro 2 ofrece un resumen de la información relevada en esta materia en los censos uruguayos desde 1908 hasta 2011. 

Recuadro 2.
Información sobre fecundidad y mortalidad recogida en los censos uruguayos desde 1908 hasta 2011

La inclusión de preguntas sobre fecundidad en los censos cuenta con una larga tradición en Uruguay, en consonancia con la experiencia de los restantes países latinoamericanos. En sus distintas versiones, el módulo de fecundidad ha captado dos aspectos centrales: 1) el número de hijos tenidos a lo largo de la vida o paridez y 2) los hijos nacidos vivos en el período reciente, usualmente en el último año. Como se muestra en el Cuadro 2, el primero de estos aspectos ha sido indagado generalmente sin una pregunta «filtro», como sí ocurrió en el censo de 1975, y ha estado acompañado de preguntas anexas para conocer la cantidad de hijos vivos actualmente o de hijos fallecidos, así como su lugar de residencia. Aunque originalmente se trataba de preguntas adicionales para estimar indirectamente la mortalidad infantil y la emigración internacional —poco o nada explotadas en la investigación demográfica nacional—, su inclusión en los cuestionarios censales también tiene el cometido de asegurar una mejor calidad de la información sobre paridez, en tanto sirven para ayudar al informante a considerar a todos los nacidos vivos más allá de su condición actual. 

La pregunta sobre hijos nacidos vivos en el período reciente ha sido recomendada como insumo para poder estimar, a través de la aplicación de técnicas demográficas, las tasas específicas de fecundidad por edad y la tasa global de fecundidad (TGF). Para ello, las recomendaciones internacionales hasta la ronda censal 2000 sugerían la inclusión de la pregunta relativa a la cantidad de hijos tenidos en los últimos doce meses. Luego, la ONU sugirió su sustitución por una pregunta que permitiera ubicar con mayor precisión el marco temporal en el que hubieran ocurrido los nacimientos recientes, relegando incluso la posibilidad de contabilizar el número de nacidos vivos. Haciéndose eco de estas recomendaciones, Uruguay decidió incluir en el censo de 2011 la pregunta sobre la fecha de nacimiento del último hijo nacido vivo y dejar de preguntar por la cantidad de hijos nacidos vivos en el último año. De todos modos, la estimación indirecta sobre fecundidad del período a partir de preguntas censales ha sido prácticamente nula, seguramente por las ventajas comparativas de las estimaciones directas basadas en los datos provistos por el sistema de estadísticas vitales frente a la aplicación de métodos demográficos —basados en varios supuestos— a partir de información censal. 

El censo de 2011 también incluyó, por primera vez, una pregunta retrospectiva adicional en el módulo de fecundidad: la fecha de nacimiento del primer hijo nacido vivo. Esta pregunta forma parte del conjunto de preguntas recomendadas por la ONU, aunque son relativamente pocos los países de la región que la han incluido en sus cuestionarios durante la última ronda censal. Esta pregunta permite estudiar el calendario de inicio de la fecundidad entre las mujeres que tuvieron uno o más hijos, un componente del comportamiento reproductivo que ha adquirido creciente notoriedad en Uruguay y en la región a partir de los cambios vinculados con el retraso de la maternidad. 

Como en casi todos los censos del mundo, las preguntas sobre fecundidad en los censos de Uruguay se han aplicado exclusivamente a las mujeres. Salvo en el censo de 1908, las preguntas se hacen a todas las mujeres de determinada edad, sin importar su estado civil o conyugal. Como innovación, el censo de 2011 bajó el umbral etario a mujeres de 12 años y más: entre 1975 y 1996, únicamente las mujeres de 15 años y más eran consideradas dentro del universo de estudio.

Cuadro 2. Preguntas sobre fecundidad en los censos nacionales de población. Uruguay, 1908-2011

Fuente: extraído de Fernández Soto, Koolhaas, Nathan, Paredes y Pollero (en prensa)

Un asunto estrechamente ligado a la fecundidad sobre el que los censos de población también arrojan información importante es la conformación de los hogares y las familias. En este sentido, los censos recogen información sobre las relaciones de parentesco entre los integrantes de los hogares relevados, así como las características sociodemográficas de los miembros de cada hogar, incluyendo la situación conyugal de las personas en edad de trabajar o de tener hijos (umbral de 12 o 14 años en adelante), como se plantea en el Recuadro 3.

Recuadro 3.
Información y definiciones metodológicas sobre hogar y familia tomadas en los censos de población uruguayos

La definición de hogar particular, la determinación de los miembros del hogar, de la jefatura y de las relaciones de parentesco son centrales para estudiar la formación de los hogares en un país y permiten entender cuál ha sido la unidad doméstica que ha relevado el censo. Estas definiciones, en el caso uruguayo, han ido variando censo a censo.

En las instrucciones para los censistas de 1908 se definía al hogar particular de manera imprecisa a partir del concepto de familia y porque este conjunto de individuos vivía bajo la «dirección de un mismo jefe». Además, se detallaba que, en el caso de que en una casa (en lugar de vivienda) vivieran dos o más familias se las debía censar separadamente en varias boletas. El censo de 1963 mejoró en cuanto a la especificación de la determinación del hogar particular y definió a estos hogares como los ocupantes de una vivienda particular que hacían vida en común bajo un régimen familiar, pero no establecía una pregunta que permitiera delimitar quiénes conformaban un hogar particular. Los cuestionarios de los censos de 1975 y de 1985 definieron con mayor precisión el hogar particular a partir de las siguientes preguntas: «¿Todos comparten los gastos de alimentación?» y «En esta vivienda, ¿todos comparten los gastos al menos en comida?», respectivamente. Si la respuesta era afirmativa, el conjunto de individuos que compartían los gastos de alimentación conformaban un hogar particular y, por tanto, la unidad doméstica a relevar. En los dos últimos censos (1996 y 2011), la pregunta que determinaba el hogar colectivo era «¿Todas las personas que residen habitualmente en esta vivienda, ¿comparten un mismo fondo común para la alimentación?».

La determinación de la persona de referencia a partir de la cual se construye la variable parentesco del hogar también ha ido variando y se ha ido haciendo más específica entre censos de población en Uruguay. En el censo de 1908 las relaciones de parentesco estaban determinadas por la relación con el «jefe de familia», que se consideraba que era varón y que estaba casado, dado que el segundo miembro del hogar era «la esposa», luego «los hijos», «los otros parientes», «los dependientes domésticos y agregados» y, finalmente, las «personas extrañas al hogar». Las instrucciones de la boleta censal de 1963 definían con mayor precisión quién era el jefe de familia: «la persona que, ya sea por su edad o por ser el principal sostén económico de la familia, o por otras razones, es considerado como tal por los demás miembros de la familia y puede ser tanto un hombre como una mujer». El censo de 1975 cambió el nombre de jefe de familia por jefe de hogar y este se definía a partir de la respuesta que brindara quien hubiera contestado el cuestionario censal. A partir de ese censo, la información sobre la composición familiar de los hogares se elaboró a partir del concepto de jefe de hogar, definido a partir del reconocimiento como tal del respondente del cuestionario censal. 

Respecto al nivel de desagregación de las categorías de parentesco, con el avance de los censos, las categorías se vuelven más específicas, lo que permite un mayor conocimiento sobre la conformación del hogar. En el censo de 1963 las categorías eran codificadas a posteriori del relevamiento. A partir de los censos de 1985 y de 1996, las respuestas sobre la relación de parentesco se categorizaron en ocho categorías: jefe, esposa o compañera, hijo/a, yerno/nuera, padres o suegros, otros parientes, servicio doméstico y otros no parientes. En el último censo se incorporó una serie de preguntas que permiten identificar con mayor especificidad las relaciones de parentesco dentro de los hogares, pero se sigue utilizando el mismo criterio para definir al jefe o jefa del hogar. Las preguntas que se incorporaron permitieron identificar con exactitud quiénes son los padres de las personas menores de edad, detectar núcleos familiares al interior de los hogares y relacionar personas emparentadas por lazos conyugales o consanguíneos, que no era posible detectar utilizando solamente la relación con el jefe/a de hogar (Cabella, Fernández Soto y Prieto, 2015). Asimismo, es importante destacar que el censo de 2011 desagregó con un mayor nivel de detalle la lista de parentescos al incluir nuevas categorías: hijo de ambos, hijos del jefe/a, suegro/a, hermano/a, cuñado/a. Estos cambios implican ciertos problemas de comparabilidad en la estructura de los hogares, ya que solo es posible la comparación utilizando la conformación de 1996.

Extraído de: Fernández Soto, Koolhaas, Nathan, Paredes y Pollero (en prensa) 

Finalmente, además de ser necesarios para actualizar los marcos muestrales de las encuestas de hogares, los censos de población cumplen un cometido de suma importancia para la Demografía una vez realizados y evaluada su cobertura proporcionan las bases para la elaboración de estimaciones y proyecciones de población. Dada la periodicidad decenal de los censos, estos no pueden responder por sí mismos con frecuencia anual a la interrogante de a cuánto asciende la población de un país, por lo que, mediante la aplicación de técnicas de análisis demográfico, las oficinas nacionales de estadística deben obtener las cifras ajustadas de población por sexo y edad para el último período intercensal y proyectar la evolución esperada de la población a partir de los resultados obtenidos al considerar ciertas hipótesis sobre el comportamiento de los componentes de la dinámica demográfica.

De este modo, a partir de los resultados del último censo poblacional realizado en 2011 en Uruguay, el INE publicó en 2013 las estimaciones y proyecciones de población elaboradas a partir de este, abarcando a nivel nacional el período 1996-2050 (estimaciones 1996-2011 y proyecciones 2012-2050) y, a nivel departamental, el período 1996-2025.³ Asimismo, siguiendo el ejemplo de otras oficinas nacionales de estadística como la de España, en la publicación de las estimaciones y proyecciones de población elaboradas con los datos censales de 2011, el INE uruguayo estableció como meta revisar periódicamente las proyecciones y efectuar así nuevas estimaciones poblacionales, en función de la actualización de información apropiada para la revisión y corrección de las hipótesis sobre la mortalidad, fecundidad y migración (INE, 2014).

Tipos de censo y estrategias de recolección de la información 

En función del criterio de enumeración de las personas, existen dos tipos de censo de población: a) el censo de hecho o de facto y b) el de derecho o de iure. De acuerdo al primero, la población debe ser censada en el lugar donde está presente, concretamente, en el lugar donde pernoctó la noche anterior. Según el segundo tipo de censo, la población se censa en su residencia habitual. 

A continuación, se presentan respectivos ejemplos sobre cómo se operativizan tales criterios de enumeración en los cuestionarios censales según el tipo de censo (Figuras 2 y 3). Para el caso de un censo de hecho, como el de Argentina de 2010, la pregunta para identificar las personas que debían ser censadas (residentes habituales del hogar), fue «¿Quiénes son las personas de este hogar que pasaron la noche del martes al miércoles aquí…?». En cambio, el censo de derecho, como el de Venezuela de 2001, que ha servido de inspiración para el censo de 2011 de Uruguay, formula la siguiente pregunta para identificar a la población a censar en cada hogar: «¿Cuántas personas de este hogar residen habitualmente en esta vivienda, se encuentren presentes o no en este momento?». En función de la complejidad derivada de determinar quiénes son residentes habituales del hogar, en el censo venezolano se incorporaron también preguntas de control para eliminar o agregar personas al listado inicial de integrantes del hogar, instando al censista a consultar los criterios definidos en su manual de trabajo.

Figura 2. Censo de hecho. Argentina, 2010 (extracto de boleta censal)

Fuente: extraído del cuestionario ampliado de viviendas particulares utilizado en el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010 de Argentina (CEPAL, 2020d)

Figura 3. Censo de derecho. Venezuela, 2001

Fuente: extraído del cuestionario utilizado en el XIII Censo General de Población y Vivienda de Venezuela en 2001 (CEPAL, 2020d).

Cada tipo de censo presenta virtudes y limitaciones. Los países que optan por censos de hecho se basan por lo general en el criterio de sencillez operativa, que supone enumerar a la población en el lugar donde se encuentra, en contraste con las dificultades asociadas a la definición operativa del concepto de residencia habitual, esencial en los censos de derecho. Por ejemplo, en el censo de 2011 de Uruguay se estableció una definición de residente habitual («persona que ha vivido en la vivienda la mayor parte de los últimos doce meses o que ha vivido menos tiempo, pero se propone seguir viviendo allí») que admite algunas excepciones. En particular, se definió que los estudiantes de primaria o secundaria que están estudiando lejos de su hogar familiar, así como las personas trabajadoras con doble residencia (que pasan la semana laboral en una residencia cercana a su trabajo y los fines de semana en su hogar familiar) o trabajadores cuya tarea implica un cambio constante de localidades de estadía debían ser considerados residentes habituales de su hogar familiar y, por ende, ser censados allí (INE, 2011).

Otra diferencia entre los tipos de censo es su extensión en el tiempo: los censos de derecho son más extendidos en el tiempo, mientras que los de hecho se realizan en un solo día.

Ahora bien, los países que eligen hacer censos de derecho ponderan su ventaja conceptual en tanto la población de mayor interés a efectos demográficos y de políticas públicas es la que reside habitualmente en una unidad territorial. Quienes defienden la superioridad de los censos de derecho enfatizan en las ventajas prácticas de un relevamiento extendido en el tiempo, que requiere menor cantidad de recursos humanos y al mismo tiempo genera mejores condiciones para capacitar adecuadamente al personal de campo. Finalmente, el carácter extendido en el tiempo de los censos de derecho hace viable el monitoreo de indicadores con el propósito de ir evaluando diversos aspectos del desarrollo del relevamiento (incluyendo la calidad de la información recogida) y, por ende, hacer los ajustes correctivos necesarios. 

En cambio, los países que toman la opción de hacer un censo de hecho sustentan su decisión primariamente en la superioridad del criterio de sencillez operativa por sobre el argumento conceptual postulado por los defensores de los censos de derecho, en tanto en un censo de hecho no caben dudas sobre si una persona debe ser censada o no, pues la población es enumerada donde el censista la encuentra. La aplicación de dicho criterio, sostienen los críticos de los censos de derecho y defensores de los de hecho, determina que, en un censo de hecho, al contrario de en los de derecho, se minimicen los errores de conteo asociados a la omisión o la duplicación de personas. Finalmente, en defensa de la metodología de hecho se suele argumentar que es un método más eficiente y económico, pues al realizarse por lo general en un día declarado como feriado nacional, durante el que se intenta restringir al máximo la movilidad de población, se evitan los tiempos muertos característicos de los censos de derecho, en tanto que en estos últimos es frecuente que el empadronador o censista no encuentre a los residentes en sus hogares (por ejemplo, porque se encuentren desarrollando sus actividades cotidianas fuera del hogar, como el trabajo o el estudio).

Más allá de la distinción entre censos de derecho y, de hecho, existe un caso particular de censo de población, denominado conteo poblacional, que es aquel censo en el que prácticamente el único objetivo es el recuento poblacional. Algunos de los países latinoamericanos más poblados como México y Brasil tienen una larga tradición de hacer conteos poblacionales en el medio de sus períodos intercensales. Uruguay, a pesar de su tamaño, también registra una experiencia histórica de realización de este tipo particular de censo poblacional: el de 2004-Fase I. La denominación oficial de este operativo censal está asociada a su concepción como una primera instancia del censo que se iba a hacer dos años más tarde, en 2006, diez años después del censo poblacional anterior.

Otra distinción relevante que puede hacerse a la hora de identificar los diferentes tipos de censos de población refiere a las diversas modalidades de recolección de la información. Si bien todos los censos utilizan un cuestionario relativamente corto y sencillo como herramienta de recolección de la información, en el que una persona contesta por el resto de los integrantes de un hogar⁴ y en el que las preguntas deben ser de respuesta fácil e inequívoca, no todos tienen un criterio único para relevar la información sobre las personas censadas. En efecto, México y Brasil suelen utilizar, por un lado, un cuestionario básico con menor cantidad de preguntas que aplican a la totalidad de la población censada, y, por otro, un cuestionario ampliado que se aplica a una muestra representativa del 10 % de la población.⁵ Con esta estrategia de aplicar dos tipos de cuestionarios se pierde en sentido estricto el carácter de censo con referencia a los temas incluidos únicamente en el cuestionario largo o ampliado, aunque cabe señalar que las dos variables demográficas básicas, sexo y edad, siempre están incorporadas en el cuestionario corto o básico.

Breve historia de los censos uruguayos

La historia censal de Uruguay evidencia un escaso nivel de acatamiento de las recomendaciones internacionales que estipulan, como se dijo, su realización cada diez años y en años terminados en cero. En efecto, la observación de las fechas censales de los siglos XX y XXI muestra que solo en 1985 se llevó a cabo el censo de población diez años después del anterior y que en ningún caso se cumplió con la recomendación de hacer los censos en años terminados en cero. La próxima ronda censal no será la excepción, pues el INE planea comenzar a levantar el siguiente censo en mayo de 2023, doce años después del último (Fernández Soto y otros, en prensa). 

Durante todo el siglo XX, los censos de población en Uruguay se desarrollaron bajo la metodología de hecho y, a partir del recuento poblacional de 2004 (Censo 2004-Fase I), se comenzó a adoptar la metodología de derecho. En 2011, se introdujo además la novedad de la incorporación de dispositivos electrónicos portátiles como instrumentos de relevamiento de la información, factor que fue decisivo para la adopción de la metodología de derecho (Fernández Soto y otros, en prensa).

Tabla 1. Población censada, fecha de realización, tipo de censo y modalidad de implementación del cuestionario. Censos de población. Uruguay, siglos XX y XXI

Censo Población Fecha Tipo  Cuestionario
1908 1.042.686 12/10/1908 de facto Único, en papel
1963 2.595.510 16/10/1963 de facto Único, en papel
1975 2.788.429 21/05/1975 de facto Único, en papel
1985 2.955.241 23/10/1985 de facto Único, en papel
1996 3.163.763 22/05/1996 de facto Único, en papel
2004 3.241.003 30/06/2004 Conteo de jure Único, en papel
2011 3.286.314 04/10/2011 de jure Único, en DEP

DEP: Dispositivo Electrónico Portátil. Fuente: elaboración propia a partir de información publicada por el INE (1998, 2005, 2014

Los temas incluidos tradicionalmente en los censos en Uruguay han sido:

  • Condiciones de la vivienda y el hogar: información que habilita el cálculo de índices de carencias críticas (ICC) o de necesidades básicas insatisfechas (NBI)
  • Características sociodemográficas básicas: sexo, edad, parentesco, estado conyugal
  • Nivel educativo alcanzado y analfabetismo
  • Migración interna por departamento/localidad (absoluta o de toda la vida⁶ y reciente⁷) e inmigración internacional (absoluta o de toda la vida y reciente)
  • Hijos nacidos vivos (incorporado desde el censo de 1975)
  • Actividad laboral (condición de actividad económica y características de la ocupación principal)
  • Cobertura de salud (incorporado desde el censo de 1996)

El censo de 2011, además de incorporar los DEP como instrumento de relevamiento (en sustitución de los tradicionales cuestionarios en papel), introdujo temas nuevos en el cuestionario de personas, siguiendo por lo general recomendaciones formuladas por organizaciones internacionales. De este modo, por primera vez se introdujeron preguntas dirigidas a identificar aspectos de las personas censadas como la autopercepción de la situación de discapacidad y de la ascendencia étnico-racial, así como la movilidad cotidiana por trabajo o estudio. Asimismo, también se mejoró la indagación en algunos temas, agregando nuevas preguntas o categorías de respuesta. Este es el caso, por ejemplo, de la información sobre la edad de las personas que se relevó con mayor precisión al incorporar una consulta sobre la fecha de nacimiento que se sumó a la tradicional sobre la edad en años cumplidos.⁸ Como fue señalado antes, también se introdujeron novedades relativas a la información recolectada en materia de familia y de conyugalidad, fecundidad y migración.

Evaluación de la información recolectada en los censos

La información recolectada en los censos debe evaluarse en función de dos grandes criterios: por un lado, su nivel de cobertura, es decir que se trata de evaluar en qué medida se logró el objetivo de censar a todas las personas, hogares y viviendas que debían ser enumeradas en el censo. Por otro, la calidad de la información recolectada, que se evalúa al identificar y dimensionar los errores de contenido. 

En las próximas secciones se brindan mayores detalles de los procedimientos utilizados comúnmente para identificar y dimensionar los errores de cobertura y de contenido en los censos, así como los antecedentes de los censos uruguayos en esta materia, con énfasis en el censo más reciente (2011). 

Cobertura

La evaluación de la cobertura de una fuente de datos consiste en medir el error de subenumeración (omisión) o de sobreenumeración (duplicación) de las personas, elementos o eventos que se busca contabilizar en la fuente de información de la que se trate, ya sean registros administrativos (como por ejemplo estadísticas de nacimientos o de defunciones) o censos y encuestas (CEPAL, 2014, p. 35). 

En un censo de población, este tipo de error puede provenir tanto de la omisión completa de viviendas o áreas geográficas (asociada por ejemplo a errores cartográficos o a dificultades de accesibilidad), como de la omisión de censar a algunas personas integrantes de un hogar, dado que el censista puede desconocer que el informante haya entregado información incorrecta o que se hayan interpretado incorrectamente las respuestas recibidas.

La experiencia indica que existen grupos poblacionales más propensos a ser omitidos en los censos. En particular, la población menor de un año suele registrar niveles de omisión considerablemente más elevados que el resto de la población. Por ello, como se puede comprobar en los ejemplos de Argentina en 2010 y de Venezuela en 2001 vistos anteriormente, los cuestionarios censales suelen incluir un recordatorio que orienta a los censistas para que incluyan en el registro de personas que forman parte del hogar censado a bebés y recién nacidos. Algo similar ocurre con las personas de edades muy avanzadas. 

Existen dos modalidades de evaluación del error de cobertura: la directa y la indirecta. Mientras que una evaluación directa implica volver al terreno o campo en condiciones completamente controladas, una evaluación indirecta se define como de escritorio, pues implica el análisis de los datos a partir de relaciones conocidas o fuentes de información externas (registros de nacimientos y de defunciones, estadísticas migratorias recogidas en el país del operativo censal y principales países de destino de su emigración, etcétera).

La CEPAL (2014, p. 57) menciona al menos cinco métodos de evaluación de la cobertura de un censo sustentados en el análisis demográfico: 

  1. El que se basa en la población esperada (estimada a partir de las estadísticas de nacimientos, defunciones y migrantes entre los censos), que se compara luego con la población efectivamente censada
  2. El que se apoya en la proyección de la población por el método de las cohortes
  3. El que surge de la comparación de la distribución por edades de dos censos, basadas en las relaciones de sobrevivencia de las cohortes
  4. El que proviene de la estimación de factores de corrección mediante el uso de métodos de regresión
  5. El que utiliza la metodología de conciliación demográfica desarrollada por el Celade, que puede implicar alguno(s) de los métodos antes mencionados.

El caso del censo de Uruguay de 2011 brinda un claro ejemplo de un censo evaluado en su nivel de cobertura mediante la primera de las técnicas indirectas antes mencionadas, además de las directas (también se hizo una encuesta postcensal denominada Encuesta Nacional de Evaluación Censal [ENEC]). La evaluación indirecta de la cobertura fue llevada a cabo por una comisión evaluadora honoraria independiente, integrada por técnicos del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), de la Universidad de la República, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y del Celade (INE, 2012).

Los cálculos hechos en el marco de la evaluación indirecta de cobertura de esa comisión parten de lo que en Demografía se denomina ecuación compensadora, que tiene, por ejemplo, que:

Los datos necesarios para llegar a la población estimada de 2011 a partir de la población de 2004 serán los nacimientos, las defunciones y el saldo migratorio del período 2004‐2011. Los registros de estadísticas vitales en Uruguay son considerados como precisos y confiables, en virtud de lo cual es posible obtener una estimación directa de la población cerrada al final del período, es decir, la que se hubiera obtenido únicamente por el crecimiento natural de la población (nacimientos – defunciones).⁹ De este modo se obtuvo una cifra que responde conjuntamente a la magnitud de la omisión censal y del saldo migratorio, para estimar luego el saldo migratorio del período mediante diversas fuentes (de Uruguay y de los principales países de destino de los flujos emigratorios) y, por ende, obtener una estimación final de la omisión censal (INE, 2012). 

El resultado del ejercicio de estimación indirecta supuso una omisión censal del 4,07 % de la población estimada, cifra ligeramente inferior a la omisión obtenida mediante la ENEC (4,94 %). La comisión evaluadora del censo de 2011 recomendó finalmente utilizar el nivel de omisión estimado mediante la estimación indirecta, ya que la estimación con la ENEC era más inconsistente con la evolución de los componentes de la dinámica demográfica. De todos modos, tal como fue sugerido por la comisión evaluadora, la estimación directa hecha en la ENEC fue utilizada en la distribución proporcional de la omisión censal nacional a nivel departamental, pues el nivel de omisión estimado por departamento varió considerablemente (INE, 2014).

La Tabla 2 muestra los niveles de omisión censal estimados oficialmente para los respectivos censos desde 1963 hasta 2011. Como puede observarse, el error de cobertura ha estado siempre por debajo del 5 % de la población estimada, lo que indica que todos los censos uruguayos desde mediados del siglo XX a la actualidad han tenido un buen nivel de cobertura.

Tabla 2. Omisión censal de los censos de población de Uruguay. 1963 a 2011

Censo Omisión censal (%)
1963 2,1
1975 1,1
1985 2,2
1996 2,3
2004 1,8
2011 3,1*

* Estimación obtenida de la cifra de 4,07 % de omisión estimada con métodos indirectos, menos un 1,01 % correspondiente a 34.223 personas estimadas residiendo en las 14.811 viviendas censadas y categorizadas como «ocupada con moradores ausentes» (INE, 2012).

Fuente: Fernández Soto y otros (en prensa) a partir de información publicada oportunamente por el INE

Otros dos países sudamericanos que en la ronda censal 2010 hicieron por primera vez censos de derecho no corrieron con la misma suerte que Uruguay en 2011. El censo de 2012 de Chile fue invalidado luego de que una comisión evaluadora externa estimara su omisión en al menos 9 %, por lo que en 2017 tuvo que plantear un nuevo censo, hecho nuevamente bajo la metodología de hecho. Por su parte, Paraguay comenzó su censo de la ronda 2010 en 2012, pero, por diversos inconvenientes, no pudo finalizarlo, y se estimó que el censo había alcanzado solamente alrededor del 75 % de la población del país.

Contenido

Independientemente del nivel de cobertura que pueda tener un censo de población, interesa evaluar la calidad de la información recolectada por él. En ese sentido, un aspecto clave para evaluar la calidad de un censo desde el punto de vista demográfico refiere al registro de la edad de las personas empadronadas. Además de los problemas de la no declaración de la edad (información ignorada) y de la omisión diferencial por edades, un inconveniente observado frecuentemente en distintos censos de población es la declaración incorrecta de la edad de las personas censadas. Asociada a factores culturales, la mala declaración de la edad presenta generalmente tres tipos de errores: a) preferencia de dígitos o redondeo del dígito final (0 y 5); b) traslado de edades (los adultos mayores son proclives a reportar más edad de la que realmente tienen y las mujeres, menos), y c) preferencia o rechazo de una edad específica, por ejemplo, por supersticiones (rechazo por el 13, preferencia por el 60). Las causas asociadas generalmente a la mala calidad en la declaración de la edad son los errores de cálculo, el desconocimiento de la edad de la persona sobre la cual se informa, el falseo deliberado o la interpretación errónea del sentido de la pregunta (Chackiel y Macció, 1978).

Afortunadamente, existen técnicas que permiten evaluar la calidad en la declaración de la edad. En el Recuadro 4 se describe el análisis de la calidad de la información recogida en materia de edad para los censos uruguayos entre 1963 y 2011.

Recuadro 4.
Análisis de la calidad en la declaración de la edad de los censos uruguayos entre 1963 y 2011*

Desde el censo de 1963 Uruguay presenta un buen nivel de calidad en la declaración de la edad, por lo que ocupa en este sentido una posición de liderazgo en la región latinoamericana junto con Argentina. La historia censal muestra de todas maneras una sintonía con las tendencias observadas en la región, en la medida en que entre 1963 y 1996 se redujeron a un mínimo buena parte de los problemas asociados a la preferencia (o rechazo) de dígitos y edades específicas.

El conteo poblacional de 2004 marcó un retroceso en esa tendencia, lo que podría explicarse por el hecho de que se trató de un conteo de población que se prolongó durante varios meses. Teniendo en cuenta la experiencia de México (Pimienta y Bolaños, 1999; Mina Valdés, 2012), al indagar únicamente sobre el sexo y la edad de las personas es más probable que en un conteo de población los informantes estén menos calificados para responder, ya que los requerimientos de información son significativamente menores y, por lo tanto, es más frecuente que los empadronadores encuentren informantes dispuestos a responder declarando una edad aproximada (por ejemplo, vecinos). Asimismo, el cuestionario no incluye otras preguntas que puedan servir para alertar al entrevistador sobre una edad presumiblemente errónea. En este sentido, a diferencia de lo que sucede en los censos propiamente dichos, el conteo de 2004 carecía de interrogantes que refirieran a educación o trabajo, que suelen ser de gran utilidad a la hora de orientar al censista sobre la edad aproximada del entrevistado o de la persona por la que se brindan los datos.

El patrón de atracción de dígitos en la edad declarada se mitigó considerablemente en el censo de 2011. A pesar de haber sido un censo cuyo período de relevamiento alcanzó los cuatro meses, la evaluación de la calidad del dato de la edad lo ubica en el primer lugar en la historia nacional. ¿Qué factores pueden explicar la alta calidad de la declaración verificada en este último censo? En general, la mejora de la calidad de las informaciones censales puede estar relacionada tanto con factores exógenos (por ejemplo, el aumento del nivel educativo de la población o una mayor conciencia de la edad para los individuos en lo relativo al ejercicio de sus derechos) como con factores endógenos al censo (aspectos operacionales, como la introducción de innovaciones en los procedimientos de captura de la información).

Apoyándonos en la literatura y en las recomendaciones internacionales en la materia, podría argumentarse que la incorporación del mes y año de nacimiento en el cuestionario censal y la verificación automática de la coherencia entre los procedimientos directo (edad declarada) e indirecto (fecha de nacimiento) gracias al uso de los DEP fue un factor fundamental para explicar el mejor desempeño del censo de 2011 frente a los anteriores, ya sea porque inhibió la falsa declaración, mejoró el cálculo o la recordación de los respondientes o porque simplemente alertaba al empadronador sobre posibles incoherencias y lo volvía más consciente de la importancia de recabar la información de manera veraz. La inclusión combinada de las preguntas sobre edad y fecha de nacimiento redundó posiblemente también de forma positiva en la calidad de la edad declarada.

*Extraído de Nathan y Koolhaas (2018, pp. 221-222).

Encuestas

Las encuestas son otra de las fuentes de información demográfica que permiten generalmente profundizar en alguno de los componentes de la dinámica demográfica. Esta fuente se caracteriza por extraer información de una muestra representativa de la población, conlleva costos de menor envergadura que un censo y permite relevar un mayor volumen de información sobre el fenómeno demográfico en estudio.

Existen dos grandes tipos de encuestas: las transversales y las longitudinales. Las primeras se caracterizan por recoger información en un momento dado en el tiempo, al igual que los censos de población. Las segundas permiten relevar información a través del tiempo, ya sea utilizando preguntas que permiten reconstruir la historia sociodemográfica de los individuos (encuestas retrospectivas) o mediante aquellas que aplican un cuestionario en distintos momentos del tiempo a una misma población (encuestas panel).

Finalmente, cabe destacar un tipo especial de encuesta transversal: las encuestas continuas de hogares (ECH), de carácter oficial e instrumentadas por las oficinas nacionales de estadística correspondientes. En ellas se aplica el mismo cuestionario (o con pocas modificaciones) a una muestra amplia de la población y se recoge información de distinta índole (son encuestas multipropósito), aunque suelen ser prioritarios los aspectos relacionados con el mercado de trabajo e ingresos (medición de tasas de actividad, empleo y desempleo, y estimación de pobreza por ingresos). En Uruguay, este tipo de encuesta (la ECH) ha sido útil para aplacar los vacíos de información demográfica y socioeconómica en los períodos intercensales. La ECH se ha aplicado de forma ininterrumpida desde 1981 y recoge información de los hogares y sus integrantes.

Encuestas demográficas específicas

Las encuestas demográficas específicas son aquellas encuestas cuyo objetivo es recolectar información sobre un componente de la dinámica demográfica en particular. Se caracterizan por permitir la profundización en la información que se obtiene generalmente en los censos o en los registros.

En el Cuadro 3 se presentan algunos ejemplos de encuestas internacionales y nacionales relevantes para la Demografía.

Cuadro 3. Ejemplos internacionales y nacionales de encuestas específicas relevantes para la Demografía

Nombre de la encuesta Año y cobertura geográfica Principales características
Encuestas internacionales
Encuesta Mundial de Fecundidad (WFS por sus siglas en inglés para World Fertility Survey) 1974-1986: 62 países de distintas partes del mundo Fue una de las encuestas demográficas más importantes en las décadas del setenta y ochenta y su objetivo fue recoger información sobre el comportamiento reproductivo así como sobre un amplio conjunto de variables asociadas. Se trató de una ronda de encuestas con representatividad nacional y comparativa entre 62 países que representaban el 40 % de la población mundial (CEPAL, 2014). Los microdatos de la WFS están disponibles en la Universidad de Princeton.
Encuestas de Demografía y Salud (DHS por sus siglas en inglés para Demographic and Health Survey) 1990-2000: países de distintas partes del mundo pero con especial foco en países africanos  Fue la encuesta sustituta de la WFS a mediados de la década del ochenta. Se ha constituido como una de las encuestas demográficas de mayor envergadura e importancia mundial. Es una encuesta retrospectiva con foco en el comportamiento reproductivo, en la salud sexual y reproductiva, la perinatal y la de la infancia. Fue implementada principalmente en países con problemas en la calidad y cobertura de datos demográficos. Releva información sobre sobre la historia de nacimientos, actitudes y valores, datos detallados sobre nivel educativo, condiciones de salud y prácticas anticonceptivas. Los microdatos de la DHS están disponibles en el sitio web de la DHS Program.
Encuesta Complementaria de Migraciones Internacionales (ECMI) Argentina, 2003 Es una encuesta complementaria del censo de 2001 y tiene por objetivo enriquecer la información sobre migraciones mediante el conocimiento de características de los desplazamientos de población poco estudiados a nivel estadístico. Desde el punto de vista conceptual, los datos de la encuesta no reemplazan a los del censo, sino que incorporan información en profundidad que, por su naturaleza, el censo no podría producir. Desde el punto de vista muestral, al captar para el universo de la población de Argentina la variable país de nacimiento, el censo de 2001 constituyó el marco del cual se extrajeron 18 muestras independientes de hogares con al menos una persona nacida en algún país limítrofe. La ECMI se restringió al estudio de hogares con personas bolivianas, brasileñas, chilenas, paraguayas y uruguayas. Cada una de esas colectividades fue abordada en la ciudad de Buenos Aires y en los partidos del Gran Buenos Aires. Por otro lado, las tres colectividades más numerosas (boliviana, chilena y paraguaya) fueron encuestadas en las jurisdicciones donde alcanzaban sus mayores representaciones según los resultados del censo de 2001. Los resultados detallados pueden consultarse en el sitio web del INDEC de Argentina.
Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) España, 2007 Se realizó con el fin de investigar las características demográficas y sociales de los nacidos en el extranjero, así como sus itinerarios migratorios, historia laboral y residencial, relaciones familiares y con el país de origen y sus relaciones en la sociedad española. Puso especial énfasis en la investigación de las relaciones sociales y las redes personales vinculadas al hecho migratorio. Se trató de una encuesta de propósito general y amplísima temática y la primera gran encuesta sobre los flujos migratorios que abarcó todo el territorio español y todos los colectivos de inmigrantes. Los resultados detallados, la información metodológica y los microdatos pueden descargarse del sitio web del INE de España.
Encuesta de Género y Generaciones (GGS) 2000-2020: 22 países europeos, Canadá y Estados Unidos Es una encuesta longitudinal cuyo objetivo es recoger información sobre las dinámicas familiares y el ciclo de vida de los individuos. Específicamente, releva datos a nivel individual sobre la salida del hogar de origen, la formación y disolución de uniones conyugales, la historia de nacimientos y embarazos. Además, es una encuesta comparativa internacional. Los microdatos de las rondas de la GGS están disponibles en el sitio web de Generations and Gender Programme.
Encuesta de Inmigrantes  República Dominicana, 2012 y 2017 Es una encuesta que utiliza como marco muestral el censo de 2010 y está orientada a recopilar datos sobre la población inmigrante de primera y segunda generación (hijos). Sus objetivos son: 1) estimar el volumen de la población de inmigrantes internacionales residentes en República Dominicana; 2) caracterizar dicha población en sus principales particularidades demográficas y socioeconómicas; 3) determinar las contribuciones socioeconómicas de los inmigrantes al país y sus aportes, y sus vínculos con las sociedades de origen. Los resultados pueden consultarse en línea en el sitio web de la Oficina Nacional de Estadística (ONE). 
Latin American Migration Project (LAMP) y Mexican Migration Project (MMP) Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Puerto Rico y Uruguay, en diferentes momentos a partir de 1982 (México) y de 1998 (LAMP) El LAMP nació como extensión del MMP, una iniciativa académica orientada a producir información sobre las características de la migración mexicana en Estados Unidos. Su abordaje metodológico ha sido denominado por sus creadores como etnoencuesta, pues conjuga información cuali- y cuantitativa, en una mixtura de técnicas antropológicas (etnografía) y sociológicas. Toma muestras aleatorias de hogares en comunidades ubicadas en todo México y después de recopilar información social, demográfica y económica sobre el hogar y sus miembros los entrevistadores relevan información longitudinal sobre la historia laboral y la trayectoria migratoria. Luego de completar las encuestas mexicanas, los entrevistadores viajan a áreas de destino en Estados Unidos para administrar cuestionarios idénticos a migrantes de las mismas comunidades muestreadas en México que se han establecido al norte de la frontera y no regresan a sus residencias de origen. Estas encuestas se combinan con las realizadas en México para generar una muestra binacional representativa. Más información, junto a los microdatos respectivos, puede consultarse en los sitios del MMP y el LAMP.
Encuestas nacionales
Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ) 1990, 2008, 2013 y 2018

Uruguay

Es una encuesta con representatividad nacional que pone a disposición información sobre transición a la adultez, además de otros módulos (constitución del hogar, educación, migración y predisposición migratoria, trabajo, opiniones, participación, salud, sustancias, relaciones afectivas y sexualidad, tiempo libre e intereses, deporte, cuidados). Para las primeras tres ediciones, la población de estudio estuvo compuesta por personas de entre 12 y 29 años, y en la última edición (2018) llegó hasta los 35 años. La persona a entrevistar se seleccionó de forma aleatoria entre las personas que forman parte de los hogares que han respondido la ECH, por lo que las ENAJ cuentan con información adicional a las preguntas de la ECH. Las últimas tres ediciones de la ENAJ fueron llevadas conjuntamente por el INE y el Instituto Nacional de la Juventud (INJU). Los microdatos están disponibles en el sitio web del Instituto Nacional de Estadística.
Etnoencuesta de Inmigración Reciente (ENIR) 2018, Montevideo (Uruguay)  Es una etnoencuesta longitudinal (retrospectiva) diseñada para conocer trayectorias y desempeños sociolaborales de la población inmigrante reciente que vive en la ciudad de Montevideo en viviendas particulares y colectivas. Sus informantes son personas mayores de 18 años residentes en Montevideo que nacieron en Cuba, República Dominicana, Perú o Venezuela. La selección de casos de esta encuesta utiliza un muestreo guiado por el informante (RDS por sus siglas en inglés, Respondent Driven Sampling). Los microdatos están disponibles en el sitio web del Latin American Migration Project y para acceder a ellos se requiere registro previo en Office of Population Research, Princeton University
Encuesta Nacional de Comportamiento Reproductivo (ENCoR) 2015, Uruguay Relevó información sobre las intenciones, las preferencias y las decisiones reproductivas de mujeres y varones uruguayos de entre 15 y 44 años de edad residentes en hogares particulares en localidades urbanas de todo el territorio nacional en 2015. Cuenta con información sobre el historial de nacimientos de mujeres y varones, y presenta algunas características de los padres al momento del nacimiento de los hijos o durante su gestación. Además, pone a disposición información relativa a la primera relación sexual y al uso de métodos anticonceptivos, y una serie de opiniones en torno a la fecundidad y a la crianza de los hijos. Se trató de una encuesta telefónica a una muestra compuesta por personas de hogares seleccionados a partir de una submuestra aleatoria entre hogares encuestados por ECH de 2015. Esto permite contar con información adicional para cada una de las personas encuestada en la ENCoR y sobre los otros integrantes del hogar. Los microdatos están disponibles en el sitio web del Instituto Nacional de Estadística.
Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades no Transmisibles  2006 y 2013, Uruguay Es parte de la estrategia del MSP en la vigilancia de este tipo de enfermedades, dada su relevancia como causa de defunción y morbilidad de la población. Para su realización se aplicó la metodología de tres pasos (metodología Steps), desarrollada por la Organización Mundial de la Salud a efectos de que fueran comparativas en el tiempo y entre países. El método consiste en la aplicación de tres diferentes pasos para evaluar los factores de riesgo: 1) cuestionario, 2) medición de peso, talla y presión arterial y 3) mediciones bioquímicas de una muestra de sangre. Los universos de estudio de ambas encuestas fueron diferentes: la primera correspondía a una muestra representativa de la población adulta de 25 a 64 años residente en áreas urbanas de todo el país, mientras que en 2013 se amplió a una muestra representativa de la población de 15 a 64 años residente en localidades de 10.000 o más habitantes.
Encuesta de Situaciones Familiares y Desempeños Sociales 2001 y 2007, Montevideo y área metropolitana Fue una encuesta hecha por la Universidad de la República (a través del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales y del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración) y por Unicef (oficina en Uruguay). Fue diseñada como encuesta de panel y constó de dos olas. Es representativa de los hogares de Montevideo y del área metropolitana que cuentan con al menos una mujer dentro de la franja etaria de 25 a 62 años. Tiene la particularidad de recoger información retrospectiva de la vida de las mujeres en materia de historia conyugal, trayectoria reproductiva y laboral y movilidad residencial. Además, releva información transversal sobre las características de los hogares en los que residen y sobre las opiniones de las mujeres.
Encuesta Longitudinal de Protección Social (ELPS) 2013 y 2016, Uruguay Es una encuesta longitudinal a nivel nacional conducida por el Banco de Previsión Social que recoge información que permite dar seguimiento a las políticas de protección social implementadas e identificar grupos de población en condiciones de vulneración socioeconómica que requieran de protección social. Para ello, releva datos de los individuos sobre sus características sociodemográficas y económicas, sobre sus trayectorias laborales y sus prestaciones de actividad y de pasividad. Los microdatos de la ELPS están disponibles en su sitio web.
Encuesta de Nutrición, Desarrollo Infantil y Salud (ENDIS) 2013-2016, Uruguay  Es una encuesta longitudinal destinada a recolectar información sobre la primera infancia en Uruguay, con énfasis en los aspectos sanitarios, de nutrición y de desarrollo. Releva también información sobre características socioeconómicas, actitudes y opiniones, estilos de crianza, prácticas vinculadas a la salud y a la alimentación de niños y niñas. La particularidad de esta encuesta es que, además de recabar esta información, tomó medidas antropométricas de niños y niñas y aplicó diversos instrumentos de evaluación del desarrollo infantil (Cabella y Fernández Soto y Prieto, 2015). Fue realizada a partir de una submuestra de la ECH a hogares particulares de áreas urbanas con niños y niñas menores de 3 años. Los microdatos de las tres olas de la ENDIS están disponibles en el sitio web del INE

Fuente: Fernández Soto y otros (en prensa) y elaboración propia a partir de la consulta de información en los sitios web respectivos

Encuestas continuas de hogares 

Como ya se mencionó, ante la necesidad de contar con información continua sobre la población, las encuestas de hogares con tamaños muestrales lo suficientemente grandes pueden contribuir a mitigar los vacíos de información producidos por los largos intervalos temporales sin censos, que en Uruguay han sido particularmente relevantes. Este tipo de encuestas generalmente se llaman encuestas continuas y la información que recogen suele tener varios propósitos. Las ECH también pueden llegar a ser una fuente de información sobre los componentes de la dinámica demográfica porque pueden tener preguntas específicas al respecto. Por ejemplo, se pueden incluir preguntas sobre la cantidad de hijos nacidos vivos y sobre el mes y año de nacimiento del primer hijo y del último hijo, que permiten estimar la intensidad y el calendario de la fecundidad. La pregunta que indaga sobre la cantidad de hijos nacidos vivos es especialmente importante en los países que carecen de un registro completo de nacimientos, ya que permiten estimar el nivel y las tendencias de la fecundidad.

Por último, además de los censos de población, las ECH son otra de las fuentes de información para conocer la estructura de los hogares y las características sociodemográficas de sus integrantes, lo que es posible porque estas encuestas relevan las relaciones de parentesco dentro del hogar y en torno a una persona de referencia.¹⁰ La frecuencia de las ECH es una de las ventajas comparativas para estudiar a la conformación de los hogares en relación con los censos de población.

En Uruguay, específicamente, la ECH, relevada por el INE en los hogares particulares uruguayos de forma ininterrumpida desde 1981, ilustra precisamente esta situación. Es una encuesta de propósitos múltiples realizada a lo largo de todas las semanas del año cuyo objetivo primario es medir los principales indicadores del mercado de trabajo y de ingresos de los hogares, pero a la que se le han sumado diversas temáticas de forma regular. Desde 2006 es representativa de toda la población del país residente en hogares particulares, incluyendo las pequeñas localidades urbanas y las áreas rurales. La ECH posee un tamaño muestral grande, releva aproximadamente 50.000 hogares (4 % de la población), incluye preguntas similares a las aplicadas en los censos y utiliza los marcos muestrales provenientes de los operativos censales. Precisamente, la edición 2006 de la ECH se denomina Encuesta Nacional de Hogares Ampliada (ENHA), pues no solo se decidió aumentar el tamaño de su muestra y su cobertura geográfica, sino que también se incorporaron por única vez diversos módulos temáticos trimestrales (trabajo infantil, educación, salud, vivienda, tecnologías de la información y comunicación, migración, emigración internacional, etc.), todo ello como forma de compensar los vacíos de información producidos por un nuevo postergamiento del censo de población. En efecto, alrededor de un 4 % de los hogares uruguayos son encuestados anualmente por la ECH (aproximadamente 144.000 personas y 50.000 hogares). Para dimensionar el alcance de la ECH vale recordar que muchos países hacen sus censos de población aplicando un cuestionario ampliado a una muestra de viviendas (aproximadamente el 10 %) y otro cuestionario reducido al resto de las viviendas (por ejemplo, México, Argentina y Brasil). Por otro lado, al menos en la región latinoamericana, es poco común disponer de una encuesta a hogares con representatividad nacional y con una muestra tan grande en términos relativos (Fernández Soto y otros, en prensa).

La información demográfica que recoge la ECH desde 1986 ha sido similar a la incorporada en los últimos tres censos de población. A partir de entonces, salvo una interrupción en el período 2001-2005, se ha relevado siempre el lugar de nacimiento de las personas, del que se distingue el interior del Uruguay, los departamentos y las localidades. Entre 1986 y 2000 y desde 2006 en adelante también se relevó si las personas habían nacido en el exterior y si habían tenido alguna experiencia migratoria anterior (de migración interna o internacional), y se incluía la especificación del país de nacimiento y el de procedencia en todas esas ediciones de la ECH a excepción del período 2009-2011. A partir de la edición 2012 se incorporó además la pregunta sobre el lugar de residencia cinco años antes, por lo que el módulo migratorio de la ECH pasó a ser prácticamente idéntico al del censo de 2011, con la diferencia de que la ECH no incorporó una consulta sobre el año de llegada a Uruguay de la población nacida en el exterior.

Con relación a la fecundidad, desde 2006 se incluyen preguntas¹¹ sobre el número de hijos nacidos vivos, tal como se pregunta en los censos, para las mujeres de 14 años y más.¹² Solamente en la ENHA se incluyen preguntas sobre el mes y el año de nacimiento del primer y del último hijo. El conjunto de preguntas sobre fecundidad incluye una pregunta sobre la cantidad de hijos fallecidos que —junto con la pregunta sobre el número de hijos nacidos vivos— podría usarse para estudiar de manera indirecta la mortalidad infantil. De todos modos, dado que el registro de defunciones en Uruguay es de buena calidad, no se han hecho estudios indirectos de la mortalidad en el país utilizando estas preguntas.

Finalmente, en cuanto a la información sobre la conformación de los hogares, las ECH cuentan en Uruguay con variables que permiten relevar las relaciones de parentesco en relación con una persona de referencia. A partir de 2006 se utilizan catorce categorías en la variable relación de parentesco con el jefe de hogar.¹³ Esta desagregación, junto con preguntas que indagan sobre quiénes son los padres y madres de las personas menores de 18 años en el hogar, permite identificar con precisión las relaciones filiales y conyugales al interior del hogar.

Registros administrativos

Los registros administrativos constituyen la tercera fuente de datos demográficos y permiten generar estadísticas de flujo y de dinámica poblacional. Se pueden dividir en dos categorías: las estadísticas vitales (nacimientos, defunciones y matrimonios) y los registros de población (padrones de población, controles migratorios, permisos de residencia, registro de vacunación, registros de sistemas educativos, etc.). La principal característica de esta fuente es el registro continuo y permanente de distintos sucesos vitales de las personas y, tal como se mencionó al comienzo, tienen en su origen fines administrativos de las instituciones estatales. 

La historia de estos registros se remonta a épocas muy antiguas y hasta la época moderna estuvieron a cargo de organismos eclesiásticos. A partir del siglo XIX, los Estados nacionales comenzaron a responsabilizarse por esta actividad y normalmente estos registros son llevados a cabo por las oficinas de registro civil (Welti, 1997; CEPAL, 2014).

En esta sección se describen los distintos tipos de registro administrativo, sus potenciales usos demográficos y las características de estos en Uruguay.

Estadísticas vitales

A partir de los registros administrativos de los nacimientos, las defunciones y los matrimonios se constituyen las estadísticas vitales de las poblaciones (CEPAL, 2014). En otras palabras, las estadísticas vitales son los registros de los principales hechos vitales¹⁴ de los individuos de una población en un momento específico del tiempo. La ONU (2003) define a las estadísticas vitales como el proceso por el cual se recoge y recopila información estadística (mediante un registro administrativo) sobre los hechos vitales de una población y sobre las características del propio suceso y de quienes experimentan tal hecho.

Las estadísticas vitales tienen cuatro características principales:

  1. Universalidad: es obligatorio el registro de los hechos vitales que le suceden a cada individuo
  2. Auspicio oficial: el Estado debe velar por crear las condiciones necesarias para que los individuos puedan registrar estos eventos en forma simple
  3. Continuidad: el registro de eventos vitales debe hacerse en forma continua y permanente
  4. Instantáneo: el registro de los eventos debe efectuarse inmediatamente después de ocurridos los hechos.

Los hechos vitales pueden ser registrados de dos formas diferentes: según el lugar de ocurrencia del suceso o según el lugar de residencia de la persona que experimenta el evento demográfico en cuestión. Generalmente, además del registro del hecho en sí, estos registros incluyen información sociodemográfica de las personas partícipes (sexo, edad, nivel educativo, ocupación, etcétera). 

La información proveniente de las estadísticas vitales es un componente esencial para el estudio de la fecundidad, la mortalidad y la nupcialidad, y permite investigar la intensidad y los calendarios de estos fenómenos demográficos en un país, región o localidad (Welti, 1997). Además, la información que proviene de estos registros posibilita el análisis de factores asociados con dichos fenómenos demográficos, como el nivel de educación, la edad, el lugar de residencia, el nivel socioeconómico, etc. Finalmente, cabe destacar que el empleo de los datos vitales —junto con la información sobre migración— proporciona una estrategia simple para evaluar la cobertura de los censos. 

Nacimientos y defunciones

Las estadísticas de nacimientos y defunciones son la principal fuente de información para el estudio de la fecundidad y la mortalidad. Además, constituyen un elemento central en las hipótesis de proyecciones de población tanto nacionales como subnacionales. A continuación, se describe la recomendación de los organismos internacionales respecto a la información a incluir en el registro de nacimientos y defunciones, así como las principales características de la difusión de dichos datos.

Como se mencionó, el acta de nacimiento es el registro oficial cuando ocurre el nacimiento vivo de un individuo.¹⁵ Además de la inscripción propiamente dicha de una nueva persona,¹⁶ en ese momento se recoge información con fines estadísticos que es utilizada para estudiar la fecundidad de una población. La información que se recomienda registrar en el acta de nacimiento respecto al evento en sí mismo es la fecha y el lugar de ocurrencia, la fecha y el lugar de registro, el tipo de nacimiento (único, mellizos, etc.), los asistentes del parto (médico/a, enfermero/a, partera, etc.), el tipo de lugar del nacimiento (centro de salud, hogar, etc.), el sexo biológico del niño/a nacido/a y su peso y estatura al nacer. Asimismo, se recomienda incluir también información sociodemográfica de los progenitores, en particular de la madre: edad o fecha de nacimiento, número de hijos vivos anteriores, lugar de residencia habitual, estado civil, fecha de nacimiento del nacido vivo anterior, fecha del último período menstrual de la madre, nivel educativo, ocupación principal, condición de actividad al momento del nacimiento e identidad étnico-racial (ONU, 2003; 2005; 2014b). 

En cuanto a las tabulaciones de difusión de los registros de nacimientos, estas se hacen generalmente a partir de la edad de la madre al momento de dar a luz al hijo nacido vivo. Esta información es la materia prima para la estimación de las tasas específicas de fecundidad (ONU, 2005).¹⁷

El acta de defunción es el registro oficial cuando ocurre una muerte.¹⁸ El registro de este hecho, además de ser obligatorio y velado por el Estado, se acompaña de información esencial para el estudio demográfico de la mortalidad. Al igual que en el registro de nacimientos, la recomendación internacional es incluir información tanto sobre la defunción en sí misma como sobre las características de la persona fallecida. Respecto al registro del fallecimiento se recomienda incluir fecha y lugar de ocurrencia, fecha y lugar de registro, causa subyacente de muerte,¹⁹ causa directa de muerte,²⁰ causa intermedia de muerte²¹ y certificador/a médico/a de la causa de muerte. El conjunto de características sociodemográficas de la persona fallecida que se recomienda recoger es la siguiente: fecha y lugar de nacimiento, sexo, residencia habitual, nivel educativo alcanzado, ocupación principal, condición de actividad al momento de la defunción, identidad étnica-racial (ONU, 2003; 2005; 2014b). Para el caso de las defunciones antes del primer año de vida también se recomienda incluir si el niño fue registrado, si el nacimiento ocurrió dentro de un matrimonio y el lugar de residencia habitual de la madre (ONU, 2014b).

Las tabulaciones de defunciones para difundir se realizan generalmente sobre el sexo y edad de la persona fallecida. Esta información permite estimar la probabilidad de morir a distintas edades según sexo y es la fuente principal para construir las tablas de vida, instrumento utilizado para estimar la esperanza de vida (ONU, 2005). Por otro lado, las estadísticas vitales sobre defunciones son la única fuente de información que permite conocer las causas de defunción. Generalmente, la información sobre causas se clasifica a partir de la causa básica o subyacente y se utilizan las clasificaciones internacionales de causas (ONU, 2005).²²

Matrimonios y divorcios 

De manera secundaria, el registro de los matrimonios y los divorcios constituye parte del sistema de estadísticas vitales. Los datos provenientes de estos registros permiten el estudio de la nupcialidad. Generalmente, estas estadísticas no son comparables entre países porque dependen del grado de institucionalización y formalización de las uniones (ONU, 2005). En este sentido, vale aclarar que la Demografía utiliza complementariamente la información proveniente de encuestas específicas para poder conocer con mayor profundidad los procesos de la formación y disolución de las uniones conyugales, dado que estas incluyen datos sobre todos los tipos de unión, incluso sobre las no registradas en un acta oficial.

Las recomendaciones de organismos internacionales establecen que en el registro de un matrimonio se incluya la siguiente información del matrimonio: fecha y lugar de ocurrencia, fecha y lugar de registro, tipo de matrimonio (civil, religioso, o civil y religiosos) (ONU, 2014b). Además, se recomienda incluir la siguiente información sobre los contrayentes: edad o fecha de nacimiento, sexo, lugar de residencia habitual, estado conyugal previo al matrimonio, número de matrimonios previos, nivel educativo alcanzado, ocupación principal, condición de actividad y lugar de nacimiento (ONU, 2014b).

En cuanto al registro de divorcios, las recomendaciones sobre el evento son las siguientes: fecha y lugar de ocurrencia, fecha y lugar de registro, fecha de ocurrencia del matrimonio, tipo de matrimonio que se disuelve, número de hijos dependientes y número de hijos nacidos vivos dentro del matrimonio. Respecto a la información sobre las personas involucradas en la disolución del matrimonio, se recomienda incluir: edad o fecha de nacimiento, sexo, lugar de residencia habitual, número de matrimonios y divorcios previos, nivel educativo alcanzado, ocupación principal, condición de actividad y lugar de nacimiento (ONU, 2014b).

Generalmente, la información registrada sobre el divorcio se adjunta al registro de matrimonio. Además, el registro de divorcio debe ir acompañado por un documento legal que demuestre la disolución de esa unión conyugal.

Las estadísticas vitales en Uruguay

En Uruguay, las estadísticas vitales tienen un comienzo precoz, producto de la temprana secularización del Estado que condujo la creación del registro civil en 1879. Hasta la década del sesenta del siglo XIX, los eventos vitales fueron registrados por la Iglesia católica y su información era remitida a las incipientes oficinas estatales de estadística. Fue en 1883 cuando el Estado comenzó a hacerse cargo de la recolección de información de los nacimientos, las defunciones y los matrimonios (Fernández Soto y otros, en prensa). De esta manera, Uruguay se encuentra dentro del grupo de países del mundo que ya a principios del siglo XX contaban con sistemas completos de estadísticas vitales (Birn, Pollero y Cabella, 2003). 

Los organismos responsables de registrar los hechos vitales en Uruguay son la Dirección General del Registro de Estado Civil del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), encargada de registrar los hechos jurídicos vinculados al estado civil de las personas, y el MSP, encargado de recopilar y procesar información sobre nacimientos y defunciones con fines estadísticos.

Desde 1977, la información sobre la ocurrencia de nacimientos se registra a través del Certificado de Nacido Vivo (CNV). A partir de 2008 se comenzó a implementar de manera paulatina el Certificado de Nacido Vivo Electrónico (CNVe). A partir de esto, el registro de los nacimientos se efectúa en el propio centro hospitalario de ocurrencia del nacimiento. Así, los nacimientos se registran en tiempo real y se envían directamente al MSP para su crítica y análisis. La implementación del CNVe ha impactado positivamente sobre la cobertura y la oportunidad del registro de nacimiento (Fernández Soto y otros, en prensa).

Existen evidencias que muestran que la cobertura del registro de nacimiento en Uruguay es amplia debido a la gran institucionalización de los nacimientos (Cabella y Peri, 2005; Niedworok, Abella y Laborde, 1991). No obstante, se han detectado indicios de que la cobertura del registro en Uruguay no alcanzaría a la totalidad de los nacimientos, debido a las diversas formas en la que se realizaban las inscripciones de los niños según área geográfica y sector de atención en salud (Cabella y Peri, 2005; Fernández Soto y otros, en prensa). Con la implementación del CNVe esta situación se revirtió para alcanzar una de cobertura total de los nacimientos.

Al igual que con el registro de nacimientos, Uruguay se ha destacado por la temprana implementación de los Certificados de Defunción (CD), en 1889. Ya a mediados del siglo XX, en 1942, se estableció el certificado de defunción de uso obligatorio y sigue siendo este el certificado vigente hasta hoy (Fernández Soto y otros, en prensa). En 2016 se puso en funcionamiento el Certificado de Defunción Electrónico (CDe), que cubre el total de las defunciones.

Actualmente, en Uruguay se pueden procesar microdatos en línea sobre nacimientos y defunciones en el sitio web del Sistema de Estadísticas Vitales del MSP.

Finalmente, cabe mencionar la situación del registro de los matrimonios y los divorcios en Uruguay. Junto con la creación del Registro de Estado Civil en 1879 se incluyeron los matrimonios dentro del registro administrativo continuo de hechos vitales (Fernández Soto y otros, en prensa). Actualmente, es el Registro Civil la oficina estatal responsable de registrar los matrimonios, mientras que el INE es el encargado de procesar dicha información para fines estadísticos. En cuanto a los divorcios, el relevamiento de la información con fines estadísticos en Uruguay tiene un recorrido administrativo más complejo que el de los matrimonios e involucra a varios organismos estatales (Niedworok, Abella y Laborde, 1991; Cabella, 1998).²³

No obstante, no son evidentes los procesos administrativos y técnicos para la elaboración de las estadísticas de matrimonios y divorcios en el país, y tampoco existe ninguna reglamentación que establezca qué organismo es el responsable de elaborar dichas estadísticas en Uruguay (Cabella y Peri, 2005; Fernández Soto y otros, en prensa). Esto ha implicado una serie de problemas sobre la periodicidad con que se publican los datos de matrimonios y divorcios en el país (Cabella y Peri, 2005; Niedworok, Abella y Laborde, 1991; Fernández Soto y otros, en prensa). Actualmente, Uruguay cuenta con estadísticas de matrimonios y divorcios desactualizadas y con información pobre sobre las características de la unión y de los cónyuges. Específicamente, sobre matrimonios solo se cuenta con información sobre el conteo anual de matrimonios que se llevaron a cabo por departamento, mientras que las estadísticas de divorcios no han sido actualizadas con los registros administrativos desde 2002 y ya no se cuenta con la información sobre la duración de los matrimonios que culminaron (Niedworok, Abella y Laborde, 1991; Cabella y Peri, 2005; Fernández y otros, en prensa).

Registros de población

Los registros de población constituyen otra fuente posible para obtener información demográfica continua. La CEPAL (2014) define a este tipo de información como un sistema continuo de recolección de datos que permite obtener en cualquier momento del tiempo el tamaño y las características de una población. Para la confección de este tipo de registros se utilizan distintos registros administrativos, además de las estadísticas vitales: por ejemplo, padrones de población, controles migratorios, permisos de residencia, registro de vacunación, registros de sistemas educativos, de los sistemas previsionales y de los sistemas de salud, etc. No existe un uso extendido en Latinoamérica de los registros de población, pero en los países europeos es una fuente demográfica extendida y de calidad (CEPAL, 2014).

A continuación, se describen los principales registros administrativos de población utilizados en la región que, a diferencia de las estadísticas vitales, ponen el acento en la migración.

Padrón continuo de población: el ejemplo de España

Son varios los países europeos que cuentan con registros de población continuos de cobertura universal, entre los que los escandinavos fueron pioneros. Estas fuentes constituyen instrumentos apropiados para obtener cifras anuales de población residente en el país, desagregadas por las unidades político-administrativas. Lamentablemente, esta no es una situación común en la región latinoamericana y caribeña, en la que Cuba es la excepción. 

El caso del Padrón Municipal Continuo de España es de interés para la realidad demográfica de los países latinoamericanos, habida cuenta de la fuerte presencia de migrantes de la región en ese país, intensificada durante el siglo XXI. Por lo tanto, es una fuente que permite cuantificar los movimientos poblacionales en ambos sentidos (inmigraciones y emigraciones), desde y hacia los países latinoamericanos. 

Según la información que consta en el sitio web del INE de España, el Padrón Municipal «es un registro administrativo donde constan los vecinos del municipio», y es responsabilidad de los respectivos ayuntamientos el envío de información sobre las altas y bajas mensuales que se producen en los datos de sus padrones municipales. El INE de España elabora las estadísticas basadas en el padrón a partir de la explotación exhaustiva de las variables básicas que contienen los ficheros padronales disponibles en el INE, ofreciendo los datos de la población residente en España al 1.º de enero de cada año, según lugar de residencia (comunidades autónomas, provincias, municipios y secciones censales), sexo, edad, nacionalidad y lugar de nacimiento. 

De este modo, es posible conocer, por ejemplo, el stock de población nacida en Uruguay residente en España en cada año, desagregado por las variables mencionadas, así como el flujo de migrantes que llegan (altas) y salen (bajas) hacia y desde el país ibérico. Esto es posible porque es obligatorio que las personas se inscriban en sus respectivos ayuntamientos de residencia para poder acceder a servicios públicos (salud y educación), mientras que el número de bajas se obtiene con un retardo de hasta dos años, en tanto las personas deben renovar su inscripción al padrón en ese plazo, del que se identifican las denominadas bajas por caducidad cuando las personas emigran de España sin haber dado aviso al ayuntamiento respectivo.

Registros migratorios 

La producción de estadísticas migratorias confiables y oportunas sobre la base de registros administrativos es un desafío aún pendiente en la mayoría de los países latinoamericanos. El carácter continuo de los registros, derivado del hecho de que provienen del ejercicio de las competencias de las instituciones relacionadas con temas migratorios (control de ingresos y salidas al país, regulación de la permanencia en el territorio nacional de población extranjera, etc.), hace que su producción pueda suplir las limitaciones de información consecuencia de la ausencia de un censo de población por un largo período de tiempo, teniendo en cuenta además que las migraciones, por su propia naturaleza, son fenómenos muy dinámicos y cambiantes. Los tipos de registro más usados para conocer las tendencias migratorias internacionales son tres: 1) registros de entrada y salida de personas por fronteras internacionales, 2) permisos de residencia concedidos a la población extranjera y 3) solicitudes de refugio. 

Registro de entrada y salida de personas por las fronteras internacionales²⁴

Los registros permanentes en aduanas y puestos fronterizos, en la medida en que registran todos los movimientos de entrada y salida, pueden ser potencialmente una fuente para aproximarse al estudio de los flujos de migrantes internacionales con frecuencia continua, dado que el relevamiento de información nunca se interrumpe. El principal inconveniente que presenta este registro es la no distinción entre un movimiento que ocurre con un propósito de cambio de residencia (migración) y otros tipos de movimientos temporales (vacaciones, negocios, etc.). Por más que pueda incluirse una indagatoria en tal sentido, existen dificultades derivadas del hecho de que «las consideraciones de índole administrativa pueden menoscabar la obtención de información estadística» (Organización Internacional para las Migraciones [OIM], 2012, p. 35). A esto se agrega que, a diferencia de censos y encuestas, la información se recoge sin que medie una entrevista, pues la forma suele ser llenada por los pasajeros que llenan un formulario autoadministrado, o, en consonancia con los avances tecnológicos que han permitido el desarrollo de sistemas biométricos, los datos son recogidos a partir del registro digital del pasaporte.

Por otra parte, en general existe evidencia para suponer que la calidad de la información recolectada no es la misma en todos los puntos fronterizos y que las salidas tienen menor cobertura que las entradas, pues suele haber menor control de quienes se van del país, especialmente cuando las salidas son por tierra (OIM, 2012). En este sentido, se supone que una mayor importancia relativa de los puestos de control aéreos favorece una mayor cobertura de la información recolectada (Recaño Valverde, Sánchez Barriga y Rivera Sepúlveda, 2014). En parte esto se debe a que la capacidad de infraestructura tecnológica y de recursos humanos suele ser considerablemente superior en los aeropuertos internacionales respecto al resto de puestos fronterizos habilitados (OIM, 2012). Ahora bien, en la práctica, dado el escaso uso que se ha otorgado a dichos registros en los países de la región, no se han identificado evaluaciones nacionales de su grado de cobertura.

En Uruguay, el control del ingreso y egreso de personas a través de las fronteras internacionales está a cargo de la Dirección Nacional de Migración (DNM), institución que depende del MI. Este registro provee información sobre los movimientos internacionales de pasajeros por los distintos puestos fronterizos del país: terrestres, fluviales y aéreos. Por lo tanto, la unidad de análisis son los viajes (movimientos) internacionales de los individuos.

Hasta comienzos de 2014, la información se recogía únicamente por un formulario de entrada y salida que las personas viajeras debían completar al entrar o salir al país. Los datos recogidos en dicho formulario son a) fecha del movimiento, b) tipo de movimiento (entrada o salida), c) apellidos y nombres, d) tipo de documento, e) número de documento, f) país que emitió el documento, h) fecha de nacimiento, i) sexo (masculino o femenino), j) país de nacionalidad, k) país de residencia, l) motivo del viaje (turismo, negocios, conferencia, salud u especificar otro).

A partir de ese año, en el principal aeropuerto internacional del país (Aeropuerto Internacional de Carrasco) se dejó de utilizar la tarjeta de entrada y salida, en virtud de la incorporación de tecnología biométrica que hace el control migratorio mediante la lectura del documento de viaje y de la huella dactilar. Por su parte, en el resto de los puestos de control migratorio dispersos por todo el país se ha ido incorporando progresivamente dicha tecnología.

La información publicada sobre entradas y salidas de pasajeros en los respectivos anuarios estadísticos difundidos por la DNM se encuentra desagregada solo por país de nacionalidad, mes y puesto fronterizo (punto de control).

Los datos del registro de entradas y salidas de pasajeros han sido usados por los demógrafos uruguayos como fuente para estimar el saldo migratorio internacional, restringiendo el análisis a los flujos de pasajeros que pasan por el Aeropuerto Internacional de Carrasco, gracias a que se estimó que la clara mayoría de la emigración internacional a inicios del siglo XXI era extrarregional, con España y Estados Unidos como destinos principales (Cabella y Pellegrino, 2005). La misma suposición se utilizó para la estimación del saldo migratorio del período intercensal, en el marco de la elaboración de las estimaciones y proyecciones de población publicadas por el INE en 2013. 

Por su parte, cuatro de las variables registradas en el formulario de entradas y salidas de pasajeros por los puestos fronterizos en los que aún no está disponible la tecnología biométrica también están presentes en los pasaportes y son susceptibles de ser extraídas de los mismos con fines estadísticos: 1) nacionalidad, 2) fecha de nacimiento, 3) sexo y 4) país emisor del documento.

Si bien la información divulgada proveniente de este registro se ha limitado a la contabilidad de los movimientos de entradas y salidas desagregada por nacionalidad, mes o año y punto de control, de las herramientas de recolección antes descritas (formulario y escaneo de pasaporte) puede concluirse que el potencial de generación de información estadística útil para el análisis de tendencias migratorias internacionales es considerablemente mayor al actual.

Permisos de residencia tramitados por población extranjera²⁵

Para controlar y autorizar la permanencia de población extranjera en su territorio, el Estado uruguayo concede permisos de residencia que pueden revestir carácter temporal o permanente. La limitación principal de los permisos de residencia como registro de información demográfica consiste en que por definición refieren a un universo restringido del total de inmigrantes: la migración legal (no irregular). Asimismo, el número de permisos de residencia emitidos durante un año no equivale necesariamente al número de personas que hayan ingresado al país ese año, ya que con frecuencia los inmigrantes pueden haber ingresado al país con intenciones de residir, pero bajo la condición de turistas (ONU, 1999; OIM, 2012). Por lo tanto, puede existir cierto desfase temporal entre el evento migratorio y su registro.

Otra restricción, bastante común en las estadísticas migratorias y más aun en los registros, es que la información brindada en los permisos de residencia refiere al país de nacionalidad y no al de nacimiento, variable que refiere a una condición legal y no de hecho y que, por tanto, no sirve para determinar la condición migratoria de una persona.

Un inconveniente adicional es que la calidad de las estadísticas se ve afectada a mayor frecuencia de múltiples nacionalidades.

Hasta la aprobación de la Ley n.º 19254, en agosto de 2014, la tramitación de permisos de residencia por parte de la población extranjera era competencia exclusiva de la DNM. A partir de entonces y con la aprobación de la ley, que brinda la posibilidad de conceder residencias permanentes a los nacionales de los Estados parte y asociados al Mercado Común del Sur (Mercosur) con la sola acreditación de su nacionalidad, las estadísticas de residencias permanentes tramitadas están divididas en dos oficinas estatales: el MRE (nacionalidades de Estados parte o asociados al Mercosur y familiares de uruguayos con nacionalidad extranjera) y el MI (resto del mundo).

Por lo tanto, en la actualidad hay dos registros independientes en materia de tramitación de residencias, sin coordinación entre ambas instituciones para divulgar de forma integrada los datos estadísticos que surgen del ensamblaje de cada uno ni intervención del INE en el ejercicio de su rol rector del sistema estadístico nacional.

En cuanto al registro de residencias tramitadas en la DNM, la información de interés estadístico que se releva actualmente abarca las siguientes variables: tipo de residencia (definitiva o temporal), fecha de nacimiento, sexo, departamento y localidad de residencia, fecha de ingreso al país, país de procedencia, estado civil, nacionalidad, ocupación, país emisor del documento de identidad y motivo de la solicitud. En su sitio web se publican los anuarios estadísticos que, a la fecha, cubren el período 1999-2019 y en los que, considerando la edición más reciente, se encuentra publicada información sobre el número de residencias iniciadas y tramitadas, según tipo de residencia (temporal o permanente) y nacionalidad. Asimismo, cabe destacar que desde la DNM se han respondido con regularidad y de forma oportuna las solicitudes concretas de información estadística de investigadores, pues los datos publicados en los respectivos anuarios resultan insuficientes para profundizar en la cuantificación y caracterización demográfica de los flujos inmigratorios. 

Solicitudes de refugio

Las personas solicitantes de refugio forman parte de un tipo especial de movilidad caracterizado por la incertidumbre, en el momento del ingreso al país de acogida, sobre la duración de la estadía, ya que su situación en el Estado receptor no está definida mientras su solicitud esté en trámite (ONU, 1999; OIM, 2012). 

Una complejidad en la interpretación de las solicitudes de refugio deriva del hecho de que, en años recientes, en América Latina se han verificado «movimientos migratorios mixtos», en los que la migración por motivos económicos se conjuga con las personas que buscan refugiarse por persecución o a causa de un conflicto, fenómeno similar al observado después de la caída de la cortina de hierro en Europa (Organización de Estados Americanos [OEA], 2012, p. 12). 

En el marco del crecimiento exponencial de las solicitudes de refugio desde 2015 y las consecuentes demoras administrativas en las resoluciones de la Comisión de Refugiados (CORE), el caso de la inmigración cubana reciente en Uruguay ilustra la complejidad de asociar las estadísticas de refugio exclusivamente con migraciones forzadas. En efecto, a partir de 2017 se ha generalizado la estrategia de solicitar refugio para ingresar regularmente al país y solicitar posteriormente la residencia temporal para asegurar la permanencia y dejar así sin efecto la solicitud de refugio (Prieto y Márquez, 2019).

Big data aplicado a la investigación en Demografía

Francesco Billari y Emilio Zagheni (2017) analizaron la producción académica de los estudios de población de los últimos dos siglos y concluyeron que la llamada ciencia de los grandes datos (data science), más conocida por su nombre en inglés como big data, no era algo nuevo para la Demografía. Por ejemplo, recuerdan que los censos y los registros administrativos recogen «grandes datos», en tanto enumeran millones de individuos que conforman una población. Otro ejemplo es el trabajo de pionero de Graunt, quien en 1662 analiza la mortalidad de Londres a partir del registro sistemático que los comerciantes de la ciudad hicieron sobre pobladores vivos y muertos por edad. Digamos que esos datos ya eran lo suficientemente grandes para su época.

Pero el big data no se define realmente por la magnitud de la información que recoge o almacena. Recordemos la definición que introdujimos al inicio de este capítulo, donde decíamos que este término se utiliza para nombrar la información anonimizada generada por los usuarios de dispositivos móviles —registros de llamadas telefónicas, GPS y conexiones a internet—, plataformas basadas en internet o por imágenes satelitales. Ciertamente, el volumen de información que estos dispositivos producen por minuto es enorme y supera el tamaño de cualquier censo o registro administrativo,²⁶ pero el rasgo más distintivo de este tipo de fuente es que puede ser producida por cualquier persona con un dispositivo celular o satelital, que, de modo pasivo, va dejando rastros o huellas de su recorrido digital. A diferencia de las fuentes de datos tradicionales (censos, encuestas y registros administrativos) este tipo de información no se produce con fines estadísticos ni administrativos y es precisamente la falta de control de los investigadores sobre su producción lo que la diferencia de los tipos de fuentes presentados antes en este capítulo y la que limita las inferencias que de ella se pueden hacer (Letouzé, 2015).

Para hablar de este grupo de fuentes es imperativo comprender que su emergencia es muy reciente y que no se la puede disociar de la llamada revolución digital. La penetración de internet, y fundamentalmente de la telefonía celular, ha permitido que prácticamente cualquier usuario de la red global y de aplicaciones genere a diario información sobre sus características demográficas, hábitos de consumo, relaciones sociales, ubicación geográfica y recorridos, entre otras. En 2019 algo más de la mitad de la población mundial tenía conexión diaria a internet (International Telecommunication Union [ITU], 2020), y en Uruguay el uso diario de internet alcanzaba entonces al 79 % de la población (INE y Agesic, 2020). 

No hay una única tipología para clasificar este tipo de fuentes, pero aquí nos apoyaremos en una que las diferencia según sus aplicaciones en el campo demográfico. Alburez-Gutierrez y otros. (2019) plantean tres posibles escenarios de aplicación para el campo demográfico: 1) la digitalización de información predigital, 2) la disponibilidad de datos secundarios que corresponden a los rastros digitales generados por las búsquedas y redes sociales web y 3) la producción de datos primarios apoyada en internet y redes sociales.

Digitalización de información

Dentro de este tipo de aplicaciones se incluye a la digitalización de los censos y registros de población. Uno de los proyectos más grandes de este tipo ha sido el ya mencionado IPUMS International, que reúne microdatos censales de los últimos sesenta años de 98 países, lo que significa más de mil millones de registros de personas. Otros ejemplos de digitalización corresponden a las bases de datos mundiales de mortalidad (Proyecto Human Mortality Database de MPIDR) y fecundidad (Proyecto Human Fertility Database de MPIDR), o los registros de población de países europeos que contienen información intergeneracional sobre natalidad, mortalidad, salud y movilidad (Alburez-Gutierrez y otros, 2019). Por último, podemos ilustrar este punto con el ejemplo de la digitalización de libros publicados desde 1800 a la actualidad que alimenta Google Books. Las bases de datos de Google contienen datos sobre título, autores y palabras claves para millones de publicaciones científicas producidas cada año.

Figura 4. Frecuencia relativa de la aparición de los términos censos, encuestas demográficas, registros de población y big data en libros publicados en español e indexados en Google Books, 1800-2019

Fuente: elaborado a partir de información en línea de la plataforma Google Ngram Viewer

La Figura 4 presenta un ejemplo del tipo de análisis que permite esta plataforma. En este caso, la serie temporal indica el índice relativo de aparición de los términos censos, encuestas demográficas, registros de población y big data en libros publicados en español desde 1800 hasta la actualidad. Allí puede verse cómo, si bien los censos son sin duda la fuente más utilizada en los estudios demográficos, las encuestas demográficas y los registros de población han ido ganando relevancia en este campo científico en la década del noventa y, de qué modo, desde 2011 la ciencia de los grandes datos y las fuentes asociadas a ella cobran cada vez más presencia en las publicaciones científicas. De hecho, algunos demógrafos aventuran que nos encontramos a las puertas de una revolución o cambio de paradigma en los estudios demográficos, donde este tipo de fuentes en diálogo con las fuentes tradicionales (registros administrativos, censos y encuestas) permitirían un avance sustantivo de la disciplina demográfica (Billari y Zagheni, 2017).

Rastros digitales generados por el flujo de usuarios en internet y redes sociales

Se pueden mencionar por lo menos dos grandes grupos de ejemplos. En primer lugar, aquellos que utilizan búsquedas web para adelantar o predecir comportamientos demográficos. En segundo lugar, aquellos que hacen uso de los datos sobre usuarios de redes sociales para describir sus características, su magnitud y sus patrones de movilidad.

En los estudios de fecundidad se han utilizado las búsquedas web para predecir comportamientos demográficos y epidemiológicos con varios meses de anticipación. Francesco Billari, Francesco D’Amuri y Juri Marcucci (2013) muestran que las búsquedas en Google de consultas relacionadas con la fertilidad, como embarazo, maternidad u ovulación, pueden utilizarse para predecir las intenciones de fertilidad y las tasas de fecundidad. De modo análogo, Jeremy Ginsberg y otros (2009) desarrollaron un modelo que permite captar la incidencia de influenza en una comunidad a partir de la frecuencia relativa de búsquedas en Google de la población sobre síntomas y tratamientos de la influenza. Cuando los autores comparan las series de búsquedas en este buscador web con el porcentaje de visitas al médico de pacientes con sintomatología de influenza observan una correlación casi perfecta con un retraso de un día en la información que brinda Google Trends. Esta estrategia ha sido muy útil para la detección de epidemias en poblaciones con alta penetración de internet. Otro ejemplo del campo de las migraciones corresponde a la correlación entre flujos migratorios y búsquedas de destinos, condiciones de vida (empleo, costos de alquileres, costos de hoteles, costos de trámites de documentación) o requisitos documentales para el ingreso a un determinado país en calidad de migrante o de refugiado. En la Figura 5 se presenta el ejemplo de las búsquedas hechas en Venezuela del término asilo en España y el flujo de personas procedentes de Venezuela captado efectivamente por la Estadística de Migraciones de España entre 2007 y 2017 (Domingo y Galeano, 2018).

Figura 5. Búsquedas web realizadas en Venezuela del término «asilo en España» y de la inmigración venezolana por mes de llegada a España entre 2007 y 2017

Fuente: tomado de Domingo y Galeano (2018). Los autores utilizaron información de la Estadística de Migraciones de España por nacionalidad de origen y de búsquedas en Google

En este caso es notoria la fuerte correlación entre ambas series de datos y que la serie de búsquedas web es correlativa a la de migraciones hasta 2015 y que, desde entonces, esta tiende a adelantarse al comportamiento migratorio efectivo.

Además de los rastros que dejan nuestras búsquedas en internet, otra de las mayores fuentes de información corresponde a los rastros digitales vinculados al uso de redes sociales en la web. En este sentido, pueden incluirse los ejemplos de investigación demográfica aplicada a la caracterización y cuantificación de determinados grupos de población, entre los que uno de los más recurrentes es el de personas migrantes. Uno de los trabajos pioneros en utilizar información anonimizada de Yahoo Mail para captar población migrante y sus patrones de movilidad es el de Emilio Zagheni e Igmar Weber (2012), quienes estimaron la magnitud y dirección de flujos migratorios siguiendo las ubicaciones de las direcciones IP utilizadas por los usuarios de este servidor de correo electrónico para iniciar sesión.

Más recientemente, Spyridon Spyratos y otros (2019) proporcionaron una estimación del número de usuarios de Facebook que la aplicación etiquetó como expatriados que antes residían en x²⁷ y que al momento del estudio vivían en otro país.

En este caso los investigadores analizaron las cifras que reporta Facebook Ad, la plataforma de anuncios publicitarios de Facebook, como población objetivo según sexo, edad y comportamientos, dentro de los que la aplicación incluye la etiqueta expatriados, junto a otras como viajeros frecuentes, pequeños empresarios, personas cuyos mejores amigos celebran el Ramadán, entre otros marcadores de nivel socioeconómico, gustos, cultura o patrones de consumo.

El trabajo de Spyratos y otros (2019) incluyó 119 países del mundo y entre sus principales hallazgos se cuenta haber conseguido captar el incremento de expatriados que antes residían en Venezuela viviendo en España y Colombia entre enero y setiembre de 2018.

Nuevas posibilidades para la recolección primaria de información 

La expansión de internet y de los teléfonos inteligentes (smartphones) no solo ha contribuido a la generación de un volumen ingente de datos secundarios, sino que también ha creado nuevas oportunidades para la producción de datos primarios. Una de las mayores ventajas de las redes sociales es la posibilidad de reclutar participantes para censos, grupos focales, encuestas en línea o entrevistas, lo que reduce significativamente los costos del trabajo de campo. Es que estas plataformas tienen un alcance muy extenso y permiten orientar anuncios, mensajes o invitaciones a grupos muy específicos de población en función de sus características demográficas, intereses y comportamientos específicos.

Figura 6. Anuncios publicados en Facebook Ad para convocar a usuarios de esta red social a responder la Encuesta de movilidad internacional, redes sociales y covid-19

Fuente: elaborado por el proyecto Using internet-based data to address international Migration in Uruguay financiado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación y el Max Planck Institute for Demographic Research. Setiembre de 2020.

Los estudios que utilizan Facebook como plataforma para el reclutamiento de participantes suelen apoyarse en anuncios publicitarios que invitan a los potenciales participantes a dirigirse a un sitio web seguro ajeno a esta red social. Por ejemplo, en Montevideo se llevó a cabo recientemente la Encuesta de movilidad internacional, redes sociales y covid-19 a través de una serie de anuncios publicitarios que reclutaban personas migrantes —etiquetadas por Facebook Ad como expatriados, antes viviendo en x— procedentes de Cuba, Perú, República Dominicana y Venezuela (Figura 6). El costo de realización de esta encuesta en línea fue un 95 % inferior al de la ENIR, dirigida a las mismas comunidades y realizada a través de entrevistas cara a cara, y permitió duplicar el tamaño de la muestra de encuestados en treinta días (un octavo del tiempo insumido por el trabajo de campo de la Etnoencuesta de Inmigración Reciente, realizada dos años antes con las mismas comunidades de origen).

En la ronda censal 2020 que se encuentra en curso han sido varios los países que han optado por: 1) integrar el uso de teléfonos inteligentes y tablets en el relevamiento de información; 2) realizar una parte de la enumeración censal a través de internet con cuestionarios autoadministrados; 3) utilizar imágenes satelitales para la actualización cartográfica, o 4) implementar encuestas postcensales en línea para evaluar cobertura del procedimiento de enumeración. En el Cuadro 5 se puede ver que el 30 % de los países de las Américas ya han incorporado internet para implementar la captura de información censal, tanto en censos tradicionales como en censos que combinan registros administrativos y encuestas a muestras poblacionales. También se observa que la incorporación de dispositivos móviles se corrobora en la mitad de los países de esta región. Cabe agregar que la pandemia de covid-19 afectó buena parte de los planes de realización de censos previstos para 2020 y contribuyó a la incorporación de estrategias de contacto virtual por internet, como ocurrió en Estados Unidos.

Cuadro 4. Características de los censos de la ronda 2020 según país y subregión de las Américas

Región País Ronda 2020 Tipo de censo Uso de internet  Uso de dispositivos electrónicos en campo
América Central Costa Rica  2021 Tradicional
Guatemala 2019 Tradicional No No
Panamá Por definir Tradicional No
América del Norte Canadá 2021 Combinado (registros + enumeración censal)
Estados Unidos 2020 Tradicional, con actualización anual
México 2020 Tradicional
América del Sur Argentina Por definir Tradicional No
Bolivia 2022 Tradicional No
Brasil 2021 Tradicional No
Chile 2022 Tradicional
Colombia 2018 Tradicional No
Ecuador Por definir Tradicional No
Paraguay 2022 Tradicional
Perú 2017 Tradicional No No
Uruguay 2023 Tradicional Por definir Por definir
Venezuela Por definir Tradicional Por definir Por definir
Caribe Cuba 2022 Tradicional No No
Haití  2017 Tradicional No No
Rep. Dominicana  Por definir Tradicional Por definir No
Armenia 2020 Tradicional No

Fuente: elaboración propia a partir de UNECE (2020), CEPAL (2020a, 2020b, 2020c) y CDC y DANE (2020).

Límites técnicos y éticos de este tipo de fuentes

La principal herramienta de generación de big data es internet. En Uruguay, ocho de cada diez personas usa diariamente esta red (INE y Agesic, 2020), lo cual significa una tasa de penetración sumamente alta con respecto al resto de países de la región (77,7 %) y al promedio mundial (53,9 %) (ITU, 2020). Sin embargo, dentro de la población uruguaya hay una amplia heterogeneidad en el acceso a internet y a las plataformas de redes sociales. En 2019, el 80 % de la población había utilizado la red social Facebook al menos una vez en los tres meses anteriores a la Encuesta de Usos de Tecnologías de la Información y Comunicación (EUTIC), mientras que Instagram o Twitter registraban un uso bastante menor (49 % y 18 %, respectivamente) (INE y Agesic, 2020). Esta misma encuesta dejaba ver una gran heterogeneidad en los modos de uso según grupos de edad y quintiles de ingreso: Instagram y Twitter son aplicaciones utilizadas en mayor grado por la población más joven y de los quintiles más altos de la distribución de ingreso y, en cambio, Facebook tiene una presencia relativamente estable en la población adulta y a lo largo de toda la distribución de ingresos (INE y Agesic, 2020), lo que demuestra que el uso que pueda hacerse de estas redes sociales como plataformas para la producción de datos primarios —anunciando, por ejemplo, una encuesta— o para recopilar datos secundarios de sus usuarios o sus publicaciones estará afectado por la estructura de edades, situación socioeconómica y otros atributos de los usuarios. Tratar de controlar estos sesgos de exclusión de determinados grupos poblacionales o la sobreestimación de otros es uno de los mayores desafíos que deben enfrentar los demógrafos a la hora de trabajar con estas fuentes. Por ejemplo, puede ocurrir que intentemos utilizar estas herramientas para contactar poblaciones de difícil acceso (por ejemplo, personas migrantes o refugiadas) y que las posibilidades de acceso a internet o la frecuencia de uso de la red social elegida como plataforma de contacto no sean lo suficientemente altos o que estén segmentados hacia un subgrupo dentro de esta población. Por ello es clave acompañar el uso de big data con fuentes tradicionales de datos así como conocer las tasas de penetración de las nuevas tecnologías según edad, sexo, lugar de nacimiento, lugar de residencia y otros atributos poblacionales, y utilizar técnicas de posestratificación y calibración de la evidencia recogida (Cesare y otros, 2018; Spyratos y otros, 2018). Conviene recordar que este tipo de desventaja también afecta los registros administrativos y las fuentes que no fueron diseñadas desde el inicio con fines estadísticos, esto es, con el propósito de captar información sobre todo el universo poblacional (censos) o sobre una muestra (encuestas).

La disponibilidad de datos digitales en línea también ha obligado a los investigadores a ser más conscientes de la necesidad de verificar en qué medida los productores de estos datos respetan la seguridad, la privacidad y el consentimiento de los usuarios de las redes sociales. Los científicos sociales deben adherirse a prácticas de investigación éticas y transparentes, en particular porque la privacidad de los usuarios se ve constantemente amenazada en el mundo digital (Zook y otros, 2017; Alburez-Gutierrez y otros, 2019). 

Por último, recordemos que el volumen colosal de los datos que se generan diariamente a través de nuestros teléfonos, aplicaciones web e imágenes satelitales exige a empresas y Estados tener la capacidad física para almacenarlos así como los softwares necesarios para analizar grandes volúmenes de información. El desarrollo de poderosos servidores, algoritmos y técnicas de inteligencia artificial acompaña el proceso de generación de este tipo de fuentes y tiene un muy alto costo. Por ello, una de las desventajas que se advierten en la expansión del big data es que podría contribuir a ampliar las brechas que ya existen entre países desarrollados y en desarrollo en cuanto a las oportunidades de acceso a las tecnologías que soportan, almacenan y analizan este tipo de datos (digital divide) (Letouzé, 2015). Una expansión no inclusiva de este tipo de tecnologías y datos podría afectar a los contextos y poblaciones a las que originalmente pretendía servir reforzando desigualdades preexistentes que alcanzan incluso a la producción de conocimiento demográfico.

Consideraciones finales

En el presente capítulo se han descrito exhaustivamente las características de las fuentes de información demográfica, con énfasis en la descripción de la situación actual de las fuentes de datos disponibles para el estudio del comportamiento demográfico con especial foco en Uruguay. 

Hasta aquí pueden reconocerse dos grandes grupos de fuentes. El primero corresponde a los censos, las encuestas y los registros administrativos, a los que podríamos considerar fuentes tradicionales en virtud del desarrollo más reciente de las nuevas fuentes de datos vinculadas al uso del ecosistema del big data. El segundo grupo corresponde a estas nuevas fuentes de información que se generan a diario a través de teléfonos celulares e internet, y que permiten también la recolección de datos a través de encuestas o censos digitales. Ambos grupos de fuentes ofrecen oportunidades para la investigación en el campo demográfico sin estar exentas de limitaciones o debilidades 

En el Cuadro 5 se resumen las ventajas y desventajas de cada una de las fuentes hasta aquí consideradas.

Cuadro 5. Resumen de las ventajas y limitaciones de las fuentes de información utilizadas en Demografía

  Censos Encuestas Registros Big data
Ventajas Universalidad Periodicidad Tiempo real
Mayor armonización (elaboradas por los institutos y oficinas de estadística con estándares internacionales) Universalidad  En la producción de datos primarios, facilitan el reclutamiento de poblaciones ocultas o de difícil acceso
Proveen estadísticas de stock Proveen estadísticas de flujos Los rastros digitales (datos secundarios) permiten aproximar flujos, intenciones y stocks de población
Información estructurada y en condiciones de ser utilizada con fines de análisis demográfico y estadístico – 
Desventajas Periodicidad Muestreo, concentración territorial de los fenómenos demográficos (por ejemplo, migración) Elaborados con fines administrativos Elaborados con fines no estadísticos y generados de modo pasivo
No proveen estadísticas de flujos en sentido estricto (solo permiten una aproximación)  Menor armonización La validez de la información está mediada por las condiciones de acceso de la población a los dispositivos y a aplicaciones digitales
Buena parte de esta información se presenta de forma no estructurada y demanda habilidades técnicas para superar sus sesgos, habilidades programáticas para extraer la información, e infraestructura suficiente almacenar y procesar grandes volúmenes de datos. Lo último es especialmente cierto para el trabajo con big data

Fuente: elaboración propia

El desafío que enfrentan los demógrafos es el de manejar el conjunto de todas estas fuentes para compensar sus limitaciones individuales y aprovechar al máximo sus fortalezas (ver Cuadro 4). Así, si bien los censos continúan siendo una fuente excepcional para conocer el stock de población en un territorio y en un determinado momento, es necesario mantener activo un sistema de registro administrativo de estadísticas vitales de calidad que permita estimar en el período intercensal el tamaño de la población anual. Por otro lado, los censos no tienen información exhaustiva sobre todos los temas que puedan interesar a la comunidad demográfica —como la movilidad residencial anual, las intenciones reproductivas, la propensión migratoria o la formación y disolución de uniones—, en cuyo caso es preciso recurrir a las encuestas, o incluso al big data, para profundizar en otros fenómenos relevantes para los que no hay registros administrativos. Asimismo, las encuestas requieren de los censos, que proporcionan un marco muestral que permite construir muestras de población a encuestar, mientras que el big data necesita del diálogo permanente con registros administrativos, encuestas o censos para corroborar la validez de sus estimaciones que son siempre parciales —pues rara vez abarcan al total de la población—.

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Notas

¹ Este capítulo se encuentra basado primariamente en los manuales de demografía de Carlos Welti (1997) y del Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica (s/f). Las diferencias principales respecto a ambos manuales consisten en la descripción detallada de la situación de las fuentes demográficas en Uruguay y en la incorporación del big data como fuente de información demográfica no tradicional.

² Censo de población y vivienda más reciente en Uruguay.

³ Las proyecciones de población departamentales tuvieron un horizonte temporal menor (2012-2025) debido a la mayor incertidumbre que supone sumar el componente de la migración interna (entre departamentos) a la proyección y a que las unidades territoriales que se proyectan son más pequeñas (INE, 2014).

⁴ En un censo de hecho puede ser más frecuente que existan múltiples personas que respondan el cuestionario, dado que se suelen realizar en días feriados en los que las personas esperan la llegada de los censistas en sus hogares. Este hecho puede representar una ventaja adicional de los censos de hecho frente a los de derecho, en la medida en que existen preguntas (por ejemplo, la autoidentificación étnico-racial) que en esencia no deberían ser respondidas por una sola persona en representación del conjunto de integrantes de un hogar.

⁵ En el sitio web de la División de Población de la ONU se pueden consultar los cuestionarios censales implementados para la ronda de censos de 2000 y de 2010 en la mayor parte de países del mundo. Para mayor detalle, se puede consultar http://unstats.un.org/unsd/demographic/sources/census/censusquest.htm.

⁶ Refiere a la migración que se identifica a partir del cruce del lugar de residencia actual con el lugar de nacimiento, y que define como migrantes a las personas que residen en un lugar diferente del que nacieron.

⁷ Refiere a la migración que se identifica a partir del cruce del lugar de residencia actual con el lugar de residencia cinco años antes de la fecha del censo y que define como migrantes a las personas que residen en un lugar diferente del que vivían cinco años antes.

La incorporación conjunta de edad y fecha de nacimiento, junto a la modalidad de relevamiento con DEP, habilitó la posibilidad de que se alertara al censista si surgía una inconsistencia entre la edad y la fecha de nacimiento declaradas.

⁹ El flujo de nacimientos correspondiente al período 2004-2007 fue corregido por un factor de omisión del 1,5 %, mientras que desde 2008 en adelante se consideró que el nivel de cobertura fue del 100 % de los nacimientos observados, en virtud de la instauración del Certificado de Nacido Vivo Electrónico.

¹⁰ La persona de referencia se utiliza para establecer las relaciones filiales y conyugales al interior de un hogar. Generalmente, se la denomina jefe/a de hogar y la jefatura le es adjudicada a partir del reconocimiento de quien responde la encuesta.

¹¹ Las preguntas que se incluyen hasta el día de hoy son: «¿Cuántos de ellos viven en este hogar», «¿Cuántos de ellos viven en otro hogar de Uruguay?», «¿Cuántos de ellos viven en el extranjero?» y «¿Cuántos fallecieron?».

¹² En los años 2009 y 2010 no se incluyó esta indagatoria.

¹³ 1) jefe, 2) cónyuge, 3) hijo/a de ambos, 4) hijo/a solo del jefe, 5) hijo/a del cónyuge, 6) yerno/nuera, 7) padre/madre, 8) suegro/a, 9) hermano/a, 10) cuñado/a, 11) nieto/a, 12) otro pariente, 13) otro no pariente y 14) servicio doméstico o familiar de este último.

¹⁴ Por hecho o evento vital se entiende el acontecimiento en la vida de una persona que afecta la dinámica y estructura de una población. Los hechos vitales más importantes para los estudios demográficos son los nacimientos y las defunciones (CEPAL, 2014).

¹⁵ Por nacido vivo o nacimiento vivo se entiende a la condición necesaria para que se realice la inscripción de un/a niño/a. La ONU define a un nacimiento vivo como «la expulsión o extracción completa del cuerpo de la madre, independientemente de la duración del embarazo, de un producto de la concepción que después de la separación respire o manifieste cualquier otro signo de vida, como el latido del corazón, la pulsación del cordón umbilical o el movimiento efectivo de músculos voluntarios, haya sido o no cortado el cordón umbilical y esté o no unida la placenta; cada producto de tal alumbramiento es considerado nacido vivo» (ONU, 2014, p. 3).

¹⁶ El artículo 7 de la Convención de los Derechos del Niño establece que «el niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho a un nombre, a una nacionalidad, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos. El Estado velará por la aplicación de estos derechos de conformidad con la legislación nacional y con las obligaciones que haya contraído en virtud de los instrumentos internacionales pertinentes a ese sector, sobre todo, cuando el niño resultare de otro modo apátrida» (ONU, 1999, p. 3).

¹⁷ Se necesita además la información sobre la cantidad de mujeres en cada edad fértil, que proviene generalmente de los censos y proyecciones de población.

¹⁸ La ONU define defunción como «la desaparición permanente de todo signo de vida, cualquiera que fuere el tiempo transcurrido desde el nacimiento con vida (cesación posnatal de las funciones vitales sin posibilidad de reanimación). (No incluye las defunciones fetales, que se definen a continuación)» (ONU, 2014b, p. 3).

¹⁹ La causa subyacente o básica o fundamental de la defunción refiere a la enfermedad, la lesión o las circunstancias que inició la cadena de acontecimientos patológicos que condujeron a la defunción del individuo (ONU, 2005).

²⁰ La causa directa o inmediata de la defunción refiere a la enfermedad o la afección que conduce a la muerte directamente (ONU, 2005)

²¹ La causa coadyuvante o intermedia o interviniente es la enfermedad o la afección que contribuye al fallecimiento, pero no se relaciona directamente con la causa subyacente ni con la directa (ONU, 2005).

²² Las clasificaciones internacionales para las causas de defunción utilizadas en las estadísticas vitales se denominan Clasificación Estadísticas Internacional de Enfermedades y Problemas relacionadas con la Salud (CIE). La CIE es un sistema de clasificación de enfermedades que permite la comparabilidad de los datos de mortalidad y morbilidad (OPS, 1995).

²³ Una vez que se dictamina la sentencia de divorcio, el Poder Judicial elabora un documento de comunicación oficial que envía al Registro Civil para registrar el hecho en el margen del acta de matrimonio (Niedworok, Abella y Laborde, 1991; Cabella, 1998). Este proceso administrativo puede ser realizado por los juzgados o por las personas involucradas en el divorcio. Luego, es el INE quien releva dicha información del Registro Civil para elaborar y difundir las estadísticas de divorcios (Cabella, 1998; Cabella y Peri, 2005; Fernández y otros, en prensa).

²⁴ Esta sección está extraída de Fernández Soto y otros (en prensa).

²⁵ Esta sección fue extraída de Fernández Soto y otros (en prensa).

²⁶ Desde 2012 se producen anualmente 1,2 zettabytes de información que equivalen a 16 GB de ochenta mil millones de teléfonos, y solo en el año anterior se produjo el 90 % del total de los datos existentes (Letouzé, 2015).

²⁷ Este término opera como un proxy de migrante en tanto se apoya en dos ubicaciones donde se registró al usuario (un posible origen y una ubicación actual que puede ser el destino), pero se diferencia de este en que no se define en relación con un período de referencia (no se sabe cuánto tiempo lleva la persona viviendo en la ubicación actual). En este sentido, la clasificación que hace Facebook podría abarcar tanto a turistas como a migrantes.

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